Teléfono rojo
Ayotzinapa para la eternidad
Ayotzinapa continúa pegando fuerte en la conciencia de la clase política. Como fariseos, que de día socorren a los pobres y de noche visitan las casas de las viudas, los diputados y los senadores siguen creyéndose el cuento de que son importantes para dilucidar los graves entuertos que sufren los mexicanos, como el caso de los familiares de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde hace ya casi un año (26-27 de septiembre.)
Este martes, por ejemplo, los diputados de la 63 legislatura de la cámara de San Lázaro acordaron, y por unanimidad, crear una comisión especial más de las tantísimas comisiones que por equis o zeta se crean, porque el presupuesto de gasto de esa entidad legislativa da para eso y más, aunque en este año haya “austeridad” en el gasto de los legisladores.
Los diputados pretextan, siempre pretextan algo para atiborrar su agenda de comisiones especiales totalmente inútiles, que van a continuar las investigaciones y dar seguimiento al informe del grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), sobre los 43 desaparecidos.
O sea que van a suplantar a los órganos de inteligencia y procuración de justicia del gobierno, a los watchdogs de la Procuraduría General, el ministerio pública federal, de las fuerzas de seguridad, de las policías federales, del ejército y la marina, y cada una de las procus estatales que, imagino, comenzarán de cero, aunque la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya hecho una excelente pesquisa en torno a la desaparición forzada de los estudiantes, y la no quemazón de los supuestos cadáveres, y al manoseo tramposo que le dio al caso el ex procurador, el cansado ex procurador, Jesús Murillo Karam, cuyo único mérito fue unir a todos los frentes políticos en su contra. Ah qué pachuquito. Lo mejor que le pudo haber pasado es que su jefecito lo mandara a, ahora sí, a descansar lo cansado a su casa, que seguramente no le llega a la casa blanca de las lomas, ni a la de descanso de Malinalco.
El presidente de la Jucopo, el priista César Camacho Quiroz, según instrucciones de Insurgentes Norte 59 en Buena Vista, detalló que la Comisión, ésta de Ayot, fue integrada por ocho legisladores titulares e igual número de suplentes, y presidida por la panista María Guadalupe Murguía Gutiérrez. Igual podría ser por los pastores y la borregada levantadedo.
Pero bueno, no pasa nada si los periodistas y observadores cuestionan severamente el actuar de los diputados. Al fin que estos ni los ven ni los oyen, salvo que necesiten de ellos para divulgar algún boletinajo de esos que redactan sus amanuenses para hacerles propaganda, que no para informar.
Sea lo que fuere, sin embargo, Ayotzinapa es y continuará siendo un expediente abierto quizá ad aeternitatem. Pareciera que, a pesar de la buena recepción (obviamente que para la mediática) que tuvo entre los políticos gobernantes el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, no habría marcado interés en que se desmadeje esta maraña de criminalidades, envueltas en pétalos de lindísimas amapolas, como las de la canción, y la limpieza social de subversivos.
A desfondo: El grito de la dependencia fue gritado en la noche del grito ante un público acarreado, en una plaza blindada por cercas de fierro y soldados y policías al por mayor. El miedo, amigos, el miedo no anda en bicicleta. Dicen que la cena tradicional para los amigos del presidente, en los lujosos salones de palacio, fue suspendida por razones de “austeridad”. Bueno. Eso dicen. A mí ya no me dio tiempo de confirmarlo y eso que el reportero tiene que confirmar todo, hasta una mentada de madre que reciba. Hoy, el despliegue de las fuerzas armadas y el de la fuerza aérea surcando los arremolinados y lluviosos cielos de la ciudad mayor de esta res pública.
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