Presupuesto y fiscalización/David Colmenares Páramo
La maldición del dólar
Hay muchas reflexiones, juicios, conclusiones que los analistas financieros y económicos hacen en torno a la devaluación del peso, o como prefieren los economistas de don Luis y don Agustín decir, la apreciación del dólar.
A quien le importa la volatilidad de los mercados. Ese es un fenómeno que desde hace mucho se ha venido presentando y más ahora que acaba de anunciar su renuncia Alex Tsipras al gobierno griego, porque no quiso doblegarse a los absurdos mandatos del Fondo Monetario Internacional, cuya misión es única y exclusivamente defender los intereses de los grandes capitalistas y del sistema bancario internacional con la banca estadounidense a la cabeza.
La revaluación del dólar y la devaluación del peso – llamémosle por su nombre: devaluación del peso – tiene más que ver con la avaricia de los grandes globalizados y de los grandes criollos que sacan los dólares que le compran al Banco de México para enriquecerse a la enésima potencia.
Los especuladores del tipo de cambio son, en realidad, apoyados por los millones de dólares que diariamente saca a la venta el banco central con el pretexto de equilibrar el mercado, de apaciguarlo, lo cual resulta una reverenda tomadura de pelo, pues a pesar de los millones subastados diariamente, el dólar sigue apreciándose y el peso, devaluándose.
Son las trampas del recetario (mandamientos ad ovum) que impone el FMI y Estados Unidos a las economías periféricas como la mexicana. Todo para complicar las reglas del juego de la economía y para privilegiar la acumulación mundial de capitales en los bancos del primer mundo.
Y los efectos de esa política cambiaria se dejan sentir, por ejemplo, en la creación de empleos. Ya lo dijo Pedro Borda, de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos, Amedirh, a Rubén Migueles, reportero del diario mexicano El Universal:
La depreciación de casi 25 por ciento del peso frente al dólar estadounidense, en los últimos 12 meses, así como la creciente incertidumbre financiera y económica, están haciendo que muchas empresas dejen de contratar personal e inclusive evalúen llevar al cabo recortes, complicando todavía más la situación del mercado laboral.
Según fuentes gubernamentales, en el primer semestre del año se crearon 434 mil puestos de trabajo. Sin embargo, para la segunda mitad del año sólo se generarán entre 125 mil y 225 mil nuevos puestos.
Y como siempre, vuelve a crecer la economía informal. El empleo refugio de millones de mexicanos que no tienen la opción de un trabajo en la economía institucional. Al segundo trimestre del año, los empleos de la economía subterránea llevaron a 29 millones, 2.5 por ciento más que lo que crecieron en el mismo periodo del 2014. Y ya tales empleos son el 58 por ciento de la población ocupada total. Gravísimo, ¿no? O sea que, como vamos, en breve la mayor tajada de la economía será subterránea, cuando hace meses el presidente Peña se había comprometido a llevar a los informales a la formalidad. Un fracaso.
Y sigue la mata dando. Este jueves la cotización del dólar estadounidense rebasó los 17 pesos por unidad. Dice el presidente que eso es bueno para la economía porque ganan los exportadores y el sector turismo, así como las remesas de los mexicanos. Sin embargo, lo que se gana en esos rubros, se pierde con creces en las importaciones y tan solo en el pago del servicio de la deuda externa.
Fíjese usted bien. El peso se ha devaluado 25 por ciento en los últimos 12 meses. Qué le parece: En este momento, México está pagando a la banca extranjera y a sus acreedores en dólares 125 por cada cien dólares de la deuda externa.
Al cierre de junio, el saldo de la deuda neta externa sumó 81 mil 069 millones de dólares (mdd); mientras que la deuda en pesos se ubicó en 4.554 billones (bdp), así la deuda total neta sumó 5.817 bdp o 373 mil 631 mdd.
De la deuda de nominada en divisas extranjeras, el 79 por ciento está en dólares, 13 por ciento en euros 4.5 por ciento en yenes y aproximadamente 3 por ciento en libras esterlinas. Con un vencimiento de mercado a junio de 22.4 años y de 10.5 años en el caso de la deuda total.
Dicen que la deuda sale bien librada. Bueno. Depende del cristal con que se mire.
La neta es que la devaluación sí nos pega en el mero corazón. Y la cotización va a llegar casi a 18 pesos. Y nos pega sobre todo en el encarecimiento sostenido de los precios de los productos con contenido importado. La inflación se va a disparar a pesar de que don Agustín diga que va a tratar de evitarlo. Cómo, señor gobernador.
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