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MORELIA, Mich., 31 de mayo de 2015.- Fausto es un ciudadano estadounidense de ascendencia michoacana que el pasado mes de enero vino a visitar a sus padres y por poco pierde la vida en el viaje, ya que fue drogado para robarlo, a bordo de un autobús.
Fue el 10 de enero cuando llegó al aeropuerto de Guadalajara, procedente de California y tomó un autobús de La Línea que lo llevaría a Uruapan y de ahí viajaría a Taretan, donde vive su familia, a la que le traía regalos, además de dinero.
Sin embargo, un hombre le hizo plática desde que estaba en la terminal de autobuses y, ya se habían tomado confianza cuando el sujeto le ofreció un jugo, cerrado, por lo que Fausto lo aceptó.
Malamente despertó en un hospital de Zihuatanejo, al que tuvo que ser ingresado porque los paramédicos no lograron reanimarlo en la terminal de autobuses, cuando el chofer del autobús se dio cuenta de que no reaccionaba.
“El médico me dijo que gracias a mi buen estado de salud había despertado porque la droga que me habían dado era muy fuerte y pude haber muerto”.
El 23 de mayo, leyó una historia muy parecida a la suya: Salvador, residente en Washington, decidió venir a ver su familia a la comunidad de Pareo, en el municipio de Tancítaro. Sus familiares lo estaban esperando y como no descendió de la unidad le preguntaron al conductor quien les dijo que a bordo estaba un hombre dormido. Tuvo que acudir personal de la Cruz Roja a reanimarlo porque había sido narcotizado para robarlo.
Fausto llamó a la redacción de Quadratín para contar su historia y pedir ayuda ya no para él, porque poco le interesa recuperar lo que robaron, sino para evitar que la vida de los paisanos que vienen a Michoacán sea puesta en riesgo por una banda de asaltantes para despojarlos de sus bienes.
Igual que Fausto y Salvador, en lo que va del año, al menos otros siete migrantes han visto amenazadas sus vidas y han sido despojadas de sus pertenencias, a bordo de autobuses La Línea y Primera Plus, saliendo de la central de autobuses de Guadalajara hacia Michoacán; sólo en un caso en el trayecto de Querétaro a Michoacán.
En el caso de La Línea, perteneciente al Grupo Herradura Occidente, además de Fausto y Salvador, otra persona fue atracada el 9 de marzo cuando viajaba de Guadalajara a La Piedad y una cuarta, el 23 de abril mientras se trasladaba de Guadalajara a Morelia.
Por lo que toca a la compañía Primera Plus, son al menos tres casos similares, uno el 18 de febrero, cuando un migrante procedente de Chicago viajaba de Guadalajara a Moroleón; los otros dos el 9 de marzo, en el trayecto de Querétaro a Morelia, una mujer y un joven, en una misma unidad.
Antes de hablar a Quadratín, Fausto levantó el reporte correspondiente ante la compañía de autobuses, pero la única respuesta que tuvo fue a través de un correo electrónico, firmado por Mephi Boseth Maldonado Correa, Contact Center del Grupo Herradura Occidente, en el que le solicitaba su número telefónico. Después de cinco meses sigue esperando que lo contacten pese a que en varias ocasiones ha solicitado información.
En entrevista telefónica, Francisco Pantoja, del departamento jurídico de la empresa, dijo desconocer esos casos que, comentó, son frecuentes en el Estado de México, pero no en Michoacán.
Aseguró que la compañía ya está trabajando con la Cámara Nacional de Autotransporte de Pasajeros y Turismo (Canapat) y los tres niveles de gobierno para combatir ese tipo de asaltos. Lo hacen a través de un administrador de WhatsApp para alertar sobre lo que ocurre a bordo de las unidades.
La historia que él cuenta difiere un poco de la de los afectados: son bandas que utilizan mujeres atractivas para enganchar a las víctimas; ellas compran su boleto a cierto destino y embaucan a los migrantes a los que inclusive los van besando hasta que ceden ante el narcótico que les suministran.
Llevan ‘cola’ –un auto en el que sus cómplices van siguiendo al autobús- y cuando su víctima se queda dormida, lo despojan de todas sus pertenencias incluidos los talones de las maletas, por lo que cuando se bajan las recogen y desaparecen.
Ante esa situación, la recomendación de no aceptar ninguna bebida o alimentos de parte de personas desconocidas, cuando se aborda un autobús, debe ser atendida, si no se quiere perder el patrimonio y hasta la vida.