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MÉXICO, DF, 11 de noviembre de 2015.- La Secretaría de Salud (SEDESA) del Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Agencia de Protección Sanitaria (APS), suspendió una farmacia de similares en Iztapalapa tras hallar 863 kilogramos de productos caducos y maltratados en su empaque, entre medicamentos, suplementos alimenticios, lácteos, medicamentos fraccionados, tés y saborizantes para bebidas, además de material para curación sucio., informó la dependencia a través de un comunicado.
Es el mayor aseguramiento que se ha registrado en cuatro años de funcionamiento de la unidad de inspección sanitaria.
Se trata de la Farmacia de Genéricos y Similares, con consultorio médico, localizada en la colonia Las Peñas, la cual fue objeto de revisión por inspectores del área de Servicios de Salud y de Cuidados Personales de la APS, en el marco de las visitas de fomento y verificación que realizan con el propósito de que cumplan con las normas de sanidad.
Entre otras irregularidades detectadas, los verificadores documentaron que el establecimiento operaba en la clandestinidad ya que no dio aviso a la Secretaría de Salud de su funcionamiento como farmacia.
Los responsables no pudieron comprobar con facturas o documentos la posesión legal de los medicamentos.
Vendían antibióticos sin solicitar la receta del médico tratante y, en otros casos, elaboraban recetas y prescribían medicamentos, actividad que solo puede realizar un médico ubicado en un consultorio, así como alcohol etílico sin desnaturalizar, el cual está prohibido comercializar desde 2004.
Los verificadores también constaron que el personal no se encuentra capacitado para manejar y dispensar medicamentos; observaron que el local está en malas condiciones de higiene que no garantizan la conservación y almacenamiento que requieren los medicamentos.
Luego de revisar los productos en los exhibidores y separar a los que presentan fecha de caducidad vencida en bolsas y cajas y en mal estado, los verificadores de la APS procedieron a colocar engomados de aseguramiento.
Asimismo, colocaron los sellos de suspensión de actividades del establecimiento, como medidas correctivas y de seguridad porque se incumple con los requerimientos de manejo conforme a la Normatividad Sanitaria para este tipo de servicios y por expedir para su venta medicamentos en estas condiciones, con lo que se pone en riesgo la salud de la población.
El director de la Agencia de Protección Sanitaria, José Jesús Trujillo Gutiérrez, informó en la pasada primera Reunión Ordinaria del Consejo Consultivo Mixto 2015 sobre acciones de control sanitario, que de 2014 al primer semestre de 2015 se visitaron a mil 336 establecimientos que prestan servicios de atención médica y los dedicados a la venta de insumos de salud en la CDMX.
Destacó que de los mil 336 establecimientos verificados, 440 son farmacias, 363 consultorios generales, 384 consultorios dentales y 149 ambulancias. Derivado de estas verificaciones, se retiraron de la venta 512.2 kilos de medicamentos que presentaban fecha de caducidad vencida o que no estaban en condiciones óptimas para su venta.
Del total de establecimientos, la APS colocó 100 sellos de suspensión de actividades, principalmente consultorios y farmacias, por no contar con aviso de funcionamiento; porque los médicos no contaban con cédula profesional, ni el registro de expedientes clínicos, además de ofrecer la consulta médica sin contar con el equipo de diagnóstico adecuado ni las condiciones de limpieza óptimas, así como por expender medicamentos caducos.
Durante las supervisiones, se observa y califica el cumplimiento de las condiciones sanitarias de infraestructura, equipamiento y acreditación de los medicamentos existentes, así como la documentación legal de funcionamiento del local y de los productos, entre otros requisitos.
El director de la APS, José Jesús Trujillo Gutiérrez, reiteró su compromiso para continuar efectuando acciones de regulación y vigilancia en farmacias y consultorios, con el fin de que cumplan con las normas sanitarias, que los empleados estén capacitados para surtir adecuadamente las recetas de los pacientes y evitar que prescriban medicamentos, todo con el propósito de reducir riesgos a la salud en las y los capitalinos.