Niega Sheinbaum que México sirva a China para triangular productos a EU
MÉXICO, DF., 3 de septiembre de 2014.- La discusión sobre el aumento al salario mínimo debe ser pronto, ante el deterioro que ha sufrido el minisalario desde 1976, año en que se creó la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, consideró la Coordinadora del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos OPSDH, Paola Contreras Peña.
“Es necesario modificarlo, es un tema impostergable, esto para asegurar una remuneración digna de los trabajadores y apuntar hacia otros temas”, dijo la especialista a Quadratín.
Acusó que el Estado mexicano, al no dar salarios mínimos que garanticen que un trabajador de sustento a su familia, contraviene acuerdos internacionales.
“Como está, el salario mínimo contraviene la Observación General Número 18 sobre el derecho al trabajo del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas [ONU] que dice que el trabajo debe ser digno. ¿Qué se considera por eso? Aquel que respeta los derechos fundamentales de las personas y de los trabajadores, respecto a dos cosas: condiciones de seguridad laboral y remuneración, y que ofrezca una renta que permita al trabajador vivir y asegurar la vida de sus familiares”, explicó.
Recordó que desde hace ocho años, a propósito del informe que presentó el gobierno mexicano ante el Comité, la ONU emitió la recomendación 31 referente al salario mínimo, que pedía al Estado mexicano velar porque los salarios fijados por la Comisión o por la relación entre trabajadores y empleadores aseguraran condiciones de vida digna, en particular para las mujeres, los indígenas y sus familias.
“¿Cuál es la realidad? Que desde 1976 el salario comenzó a perder su poder adquisitivo y se ha estabilizado desde 1995 y no vemos avance al respecto”, afirmó.
El Estado mexicano ha ratificado convenios internacionales en materia laboral, forma parte del comité de la ONU, organismo internacional ante el que se comprometió a dar reportes periódicos y avanzar en reformas progresivas en este tipo de derechos el tema de salarios, pero el salario sigue rezagado y afecta el derecho al trabajo de quienes perciben el salario mínimo, dijo.
“Creemos que es indispensable que las dependencias de gobierno involucradas en el tema asuman estos instrumentos internacionales, que no sólo nos marcan la pauta sino que son una obligación asumida de parte del Estado mexicano. Si revisas la página de la Comisión, dentro de su marco jurídico no existen los instrumentos”.
Contreras dijo que el Observatorio fijará pronto una postura sobre el tema del aumento del salario mínimo, el cual forma parte de la agenda legislativa del tercer año de la LII Legislatura
Propuso que la discusión debe exponer cómo ha sido afectado el poder adquisitivo del minisalario e incluir medidas de atención a la problemática laboral, para mejorar realmente las condiciones de los trabajadores.
“Un dato es que más de dos millones y medio de niños que trabajan en México, lo hacen porque la familia no puede asegurar su sustento por un solo miembro de la familia con el salario mínimo. De esa cantidad, 22 por ciento lo hace porque en su hogar necesitan de su trabajo y 23 por ciento porque necesita hacerlo para pagar sus estudios. Es una consecuencia perversa de tener salarios tan bajos”, lamentó.
Otro dato que deja mal parado al Estado mexicano en materia de salarios, es que ocupa el último lugar al respecto ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), afirmó.
“El salario mínimo de México es el más bajo de los países de la OCDE. Ha perdido su poder adquisitivo desde 1976, por debajo de la línea del índice de pobreza, que no corresponde a los niveles de productividad del país. No ha crecido a la par del crecimiento del Producto Interno Bruto [PIB] y hay estudios que demuestran que el aumento del mínimo genera incentivos para un aumento de la productividad”.
Pero además del aumento al salario mínimo, Contreras planteó que debe haber otras políticas públicas encaminadas a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores.
Explicó que de acuerdo con estudios de Rodrigo Salazar de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en México casi 15 millones de personas ganan el salario mínimo, pero sólo 453 mil personas lo hacen en la economía formal, por lo que el aumento sólo les llegaría a ellos, y no a los demás 14.3 millones de personas que lo ganan ese ingreso en el mercado informal.