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MÉXICO, 6 de diciembre de 2014.- Para conocer qué genes pueden estar asociados a familias o linajes de camarón menos susceptibles a enfermedades virales o bacterianas, y elevar así la producción y mejoramiento genético del camarón de cultivo, científicos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), con sede en Hermosillo, Sonora, trabajan en el desarrollo de herramientas genómicas informó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en un comunicado.
Se le llama camarón de cultivo a aquel crustáceo decápodo (de diez patas) que es producido en estanques artificiales y alimentado de forma controlada y balanceada, a diferencia del camarón capturado en el mar.
La importancia de esta especie, radica en la alta demanda de este crustáceo para consumo humano a nivel mundial. Aunado a ello, la acuicultura de camarón se ha convertido en una excelente actividad que ha garantizado calidad y grandes volúmenes de este animal, lo cual también repercute en la generación de nuevos empleos y divisas en México.
Recientemente, la acuicultura del camarón se ha visto amenazada por enfermedades que ponen en riesgo esta actividad. Por tanto, el doctor Rogerio Sotelo Mundo, investigador del CIAD y líder del proyecto, ha trabajado en la aplicación de herramientas genómicas, como la transcriptómica, que apoyen este sector.
Estas herramientas permiten identificar la secuencia de miles de genes que llevan a cabo las funciones digestivas, de defensa, crecimiento, entre otras. Aun cuando el transcriptoma no es un genoma completo, esta información permite generar de forma dirigida marcadores genéticos y, con ello, ubicar los componentes de la inmunidad innata de este crustáceo, un aspecto que beneficiará directamente a los productores.
Para que estas herramientas surtan efectos, se deben realizar estudios donde se correlacionen los marcadores identificados por medio de análisis genómico de las familias del camarón, y con esto lograr el mejoramiento genético de la especie.
De acuerdo con el doctor Sotelo Mundo, uno de los resultados obtenidos hasta el momento ha sido la identificación de novedosos componentes de la respuesta innata e inmune del camarón, y también de otros componentes que intervienen en la regulación génica, como la proteína mTOR, involucrada en el crecimiento y diferenciación celular.
Con la mayor brevedad, estas secuencias serán liberadas a bases de datos públicos, como el GenBank, para que investigadores puedan aprovechar este recurso y de forma global se encuentren soluciones a la acuicultura del camarón.
Actualmente, la atención a enfermedades bacterianas y virales de este tipo de camarón se hace mediante prácticas sanitarias y poner en cuarentena a los crustáceos enfermos. En ese sentido, cabe señalar que para tratar un padecimiento bacteriano, no es recomendable el uso de antibióticos y así evitar la aparición de resistencia a estos fármacos.
El doctor Sotelo Mundo afirmó que el conocimiento del transcriptoma permite estudiar la estructura tridimensional de proteínas del camarón mediante cristalografía y con ello entender, a mediano plazo, la inmunidad innata del crustáceo.
Agregó que el estudio molecular fue apoyado por el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) y los estudios estructurales fueron financiados mediante un proyecto de Ciencia Básica del Conacyt.
Este trabajo fue realizado mediante el apoyo y colaboración de instituciones nacionales y extranjeras. Destaca la participación de los doctores Adrián Ochoa Leyva, del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen); Enrique Rudiño y Alejandro Sánchez, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y de Luis Brieba de Castro, del Laboratorio Nacional de Genómica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), unidad Irapuato.
De igual manera, contó con la participación de otros doctores como Arturo Sánchez, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) en Hermosillo; Karina García, del CIAD; Michael Criscitiello y Scott Dindot, de la Universidad de Texas A&M, así como estudiantes de maestría y doctorado del CIAD.