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MÉXICO, DF., 9 de junio de 2014.- Estamos a tres días del máximo evento deportivo del año. La Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 está a la vuelta de la esquina. A continuación, van algunos datos a nivel, social, comercial y, por supuesto, local.
La encuestadora Datafolha señaló que apenas el 52% de los brasileños apoyan el evento. Dicha encuesta data de febrero pasado. Este es el nivel más bajo que se registra desde noviembre de 2008, cuando el respaldo llegaba a 79%.
Al mismo tiempo, los brasileños contrarios a la Copa pasaron de 10% en 2008 a 38% actualmente, mientras que para el 10 por ciento restante le es indiferente, según la misma fuente. Aunque el dato parece ser asombroso en el «país del futbol», los especialistas creen que hay motivos claros para ese fenómeno, desde el costo de la fiesta hasta la forma en que dicha ha sido organizada.
Los gastos que Brasil realiza para el Mundial son un motivo de irritación por gran parte de la sociedad: 141 mil 918 millones de pesos han sido invertidos por el gobierno federal, los estados y las ciudades sede, de acuerdo al último balance oficial divulgado en noviembre de 2013.
Una cifra bastante superior a lo previsto. Solamente en estadios, se ha gastado el doble o hasta el triple que inicialmente se había presupuestado.
La vida cotidiana de muchos brasileños en las ciudades sede del Mundial también ha sido trastocada por las obras antes de la llegada del torneo, ya ni hablar de los Juegos Olímpicos a realizarse, también aquí, en el año 2016. Muchas obras de dicha índole se han extendido en el tiempo y hasta la fecha son una incógnita.
En Río de Janeiro, por ejemplo, las zonas céntrica y portuaria tuvieron cambios radicales en la circulación de vehículos y pasan por grandes reformas urbanísticas. En Sao Paolo, este lunes, manifestantes prendieron fuego a montañas de basura para bloquear el tránsito en una avenida del centro de Sao Paulo. Unos 25 policías lanzaron gases lacrimógenos y bombas de estruendo para dispersarlos. Después, se reagruparon y muchos huelguistas se les sumaron, y unos 300 marcharon hacia la secretaría de Seguridad del estado de Sao Paulo coreando «¡No habrá Copa, habrá huelga!»
Las autoridades ante dichas reacciones y actuares de los habitantes del “pais do futebol” sostienen que son cambios necesarios y beneficiosas para la ciudad, pero también han causado complicaciones a miles y miles de personas que trabajan o viven ahí.
Los hurtos y las huelgas laborales son las mayores amenazas para las ciudades que albergarán el Mundial de Brasil, que tendrá lugar del 12 de junio al 13 de julio, aseguraron los analistas económicos de la firma IHS.
La consultora dijo haber estudiado los riesgos físicos, así como las acciones o represalias violentas que podrían existir para los visitantes, así como las restricciones en materia de transportes y el enrarecido entorno económico y político del país.
En Belo Horizonte, Natal, Recife y Río de Janeiro el riesgo de robos y de protestas sociales es muy alto.
En el caso de Río, «los hurtos y los robos con violencia son la mayor amenaza a la que se enfrentan los visitantes», según IHS.
En Sao Paulo, específicamente, «existe una alta probabilidad de disturbios y vandalismo relacionados con las protestas sociales durante el Mundial», aunque el riesgo de ser asaltado en plena calle ha sido catalogada como “leve”.
Por último, Fortaleza, Porto Alegre y Salvador de Bahía son las ciudades donde existen mayores probabilidades de sufrir un hurto.
Fortaleza es, también, la séptima ciudad más peligrosa del mundo, según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen.
Según IHS, Brasil se gastó 10936 millones de pesos, para garantizar la seguridad durante la justa mundialista, cinco veces más de lo invertido por en el último certamen mundialista en Sudáfrica en 2010. Se pronostica que unos 170.000 agentes de seguridad serán desplegados por el país durante lo el mes que dure la Copa Mundial de la FIFA.