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MÉXICO, DF, 31 de enero de 2014.- Vecinos de las calles aledañas al Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa aún resienten los efectos psicológicos de la explosión de una pipa, el 29 de enero, hace dos días y que terminó con la vida de tres personas y aún tiene a 30 personas hospitalizadas, 10 de ellos graves.
Insomnio, ansiedad, o el recuerdo sistemático del estruendo de la explosión son algunos de los malestares psicológicos que presentan algunos de los pobladores de la colonia Contadero, donde se encontraba el hospital, ahora en proceso de retiro de escombros.
Por ello es que una brigada de 20 trabajadores del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, y otros 20 egresados de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) recorren puerta a puerta las casas de 16 de Septiembre, donde estaba el hospital, y otras calles como Arteaga o Mariano Escobedo.
Al ser recibidos por los vecinos, les preguntan si están nerviosos, si han dormido bien o incluso si sus casas fueron dañadas.
Las brigadas son encabezadas por Ana Vanessa Rodríguez, quien dice a Quadratín México que la atención psicológica se brinda para que la población afectada no deje de ser funcional.
Otra integrante de la planilla, Patricia Silvia Rosales comenta que ha encontrado a personas nerviosas, algunas que no dejan de recordar el estruendo, otras que se espantaron porque creyeron que una gasolinera cercana había explotado y unos más porque escucharon cómo sus vidrios se estrellaron.
Las brigadas seguirán hasta el 1 de febrero.