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MEXICO, DF, 3 de abril de 2015.- Herodes pide a Jesús que haga un milagro. El maestro no responde y Herodes burlón, le pregunta si es «mudo por ventura».
La escenificación forma parte de la representación de la Semana Santa en Iztapalapa.
Ante miles de espectadores, algunos conmovidos por la suerte de Jesús, y mientras Herodes se burla de él, una música triste resuena en el escenario. Se escucha la potente voz del tenor Fernando de la Mora.
Herodes regresa a Jesús con Pilatos, y los fariseos exigen al gobernador que salga. Piden la muerte y la cruz para ese hombre.
El ofrece sólo azotarle.
«Crucifícale», claman.
«Lo azotan y le colocan la cruz», accede Pilatos.
Burlones le llaman Rey de los Judíos, mientras Jesús es acotado. Un niño acompañado de su madre ve la escena y llora.
«Perdónalos Padre mío porque no saben lo que hacen», musita Jesús.
Pilatos recrimina la crueldad del castigo pero los fariseos quieren más y piden a Pilatos cumplir con su deber y lo azuzan al llamar a Jesús enemigo del César.
El gobernador ofrece perdonar a Barrabás o a Jesús. Los fariseos gritan «Barrabás, Barrabás» y este es liberado.
El criminal agradece burlonamente al rey de los judíos.
«Soy libre», grita.
«¿Qué queréis que haga con Jesús?», pregunta Pilatos.
«Crucifícale», gritan.
«Jesús es un justo y no es honroso firmar su sentencia de muerte», se resiste el gobernador.
Pero los fariseos le recuerdan que Jesús es el «enemigo» del emperador Tiberio.
Pilatos pide agua para lavarse las manos.
«Pongo al cielo por testigo que soy inocente de la muerte de este inocente, que la cólera celeste caiga sobre sus verdugos», expresa Pilatos mientras se lava las manos.
La suerte de Jesús está echada e inicia su camino a la crucifixión.