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MÉXICO, DF, 15 de marzo de 2015.- El poderío de los cárteles de la droga en México ha disminuido después de las detenciones de sus principales líderes en los últimos años.
Según un análisis de la empresa InSight Crime, especializada en seguridad, las detenciones y abatimientos de grandes capos han ayudado a que las células delincuenciales no tengan nuevas cabezas que puedan liderarlos.
InSight Crime destacó que las aprehensiones de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, Miguel Ángel Treviño, el Z40; Omar Treviño, el Z42; Servando Gómez Martínez, La Tuta, y el asesinato de Héctor Beltrán Leyva, El H, colaboraron a que sus organizaciones hayan sido desmanteladas o estén en proceso de desaparecer.
Destaca que la joven generación de líderes criminales que reemplazarán a estos hombres no es de la talla de los mencionados en la lista anterior y ningún cártel cuenta claramente con un sucesor cuyas capacidades puedan compararse con las de sus predecesores
El análisis firmado por Patrick Corcoran, las autoridades mexicanas tienen el reto de eliminar lo que motiva a los capos de la droga a ser violentos.
Recordó que la estrategia contra las drogas en México se basa en identificar a los líderes de la droga y ponerle precio a su cabeza.
“Gómez y Treviño forman parte de una larga lista de grandes figuras del crimen organizado mexicano que se encuentran tras las rejas o muertos: Joaquín El Chapo Guzmán, Arturo Beltrán Leyva, Ignacio Coronel, Miguel Ángel Treviño (hermano de Omar), Heriberto Lazcano, Nazario Moreno y muchos más.
“Con algunas excepciones, la joven generación de líderes criminales que reemplazarán a estos hombres no es de la talla de los mencionados en la lista anterior. Ésta es una gran oportunidad para quienes los responsables de formular políticas en México”, se lee en el estudio.
Según InSight Crime, todos los narcos que han sido capturados estaban huyendo desde mucho tiempo atrás, lo cual les quita incentivos para bajar su nivel de violencia: “Su principal motivación era no ser atrapados, no evitar cometer atrocidades”.
Por ello, Corcoran propone adoptar un modelo que no se base en ponerle etiqueta de búsqueda a los líderes de los cárteles, sino más bien que se puedan reunir suficientes pruebas para acusarlos y lograr condenarlos.