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MÉXICO, DF, 13 de julio de 2014.- A pesar de la advertencia de deportar a los niños migrantes que llegan solos de manera ilegal a Estados Unidos, el gobierno carece de una legislación y en el corto plazo no tiene solución la crisis humanitaria desatada por la creciente llegada de menores indocumentados al país no tendrá solución en corto plazo, señala un amplio artículo que publica el diario angelino La Opinión en su edición dominical
El colapso en el sistema migratorio impide que por el momento los menores indocumentados sean repatriados a sus países de origen, en su mayoría son de Centroamérica. Además el largo proceso burocrático al que tienen que enfrentarse puede fallar en un no para su deportación.
La llegada por la frontera sudoriental de más de 57 mil menores sin compañía de un adulto en los últimos meses ha desbordado a las autoridades federales y a las del estado de Texas, que no tienen instalaciones suficientes para recibirlos.
Tampoco cuentan con juzgados para analizar sus casos, lo que ha llevado al presidente Barack Obama a pedir al Congreso 3 mil 700 millones de dólares por la vía de urgencia para hacer frente a la crisis.
El dinero debería servir, primero, para atender de forma «humana» a los menores, darles refugio, comida y atención sanitaria; pero, inmediatamente después, para examinar judicialmente cada caso y devolver a sus países a los que no sean merecedores de asilo.
Una ley de 2008, aprobada bajo la Administración republicana del presidente George W. Bush, prohibió la deportación automática de los inmigrantes indocumentados menores de edad que llegaran desde países no fronterizos, como es el caso de los niños centroamericanos que cruzan la frontera mexicano-estadounidense.
El mensaje oficial recordado recientemente tanto por el vicepresidente, Joe Biden, como por el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que han viajado a Centroamérica, es que los menores serán deportados.
Pero los expertos consideran que la realidad puede ser muy diferente.
Cuando los menores son detenidos entran automáticamente en un proceso de deportación y quedan bajo tutela federal hasta que las autoridades verifican si tienen un familiar en Estaados Unidos con el que puedan quedarse mientras el proceso avanza a la espera de una audiencia.
Los menores son trasladados de los centros de la Patrulla Fronteriza a albergues federales donde pasan una media de 35 días, según el Departamento de Salud.
Esta agencia confirma que en el 85 por ciento de los casos los menores se reunifican con sus familias en Estados Unidos, mientras esperan la citación judicial.
El hecho es que las cortes de inmigración que deben decidir sobre el futuro de cada niño acumulan un retraso de 375 mil 503 casos, según el centro de análisis Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), de la Universidad de Siracusa, que señala que el tiempo medio de espera para procesarlos es de 587 días.
El Departamento de Justicia ha anunciado que los casos de los menores serán prioritarios y ha designado nuevos jueces para las cortes migratorias. «La gente en Centroamérica tiene que ver que los inmigrantes indocumentados están regresando», dijo Johnson esta semana en el Senado.
Sin embargo, el propio Johnson reconoció que el 46% no acude a las cortes una vez recibe la citación, y los expertos indican que los procesos se pueden dilatar más de una vez si son recurridos.
(Más en http://www.laopinion.com/colapso-sistema-migratorio-permitira-ninos-seguir-eeuu.)