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MÉXICO, DF, 17 de junio de 2014.- La reforma energética que se “discute” en el Congreso es la consumación de un largo proceso largo en materia de privatización energética y la legalización del despojo y la rapiña sobre los recursos energéticos estratégicos, la tenencia de la tierra y la socialización de la miseria. Prácticamente sin oposición ni protesta, las leyes secundarias van, asegura el movimiento #YoSoy132 en un comunicado.
Los partidos “de izquierda” tratan de retrasar la discusión con estrategias débiles sin ningún interés en movilizar su propia fuerza partidaria hacia las sedes de la discusión.
Por ello, el movimiento #YoSoy132 convoca a la ciudadanía a manifestarse a las puertas del Senado de la República a las 16:00 horas de la tardes de este miércoles 18 de junio.
La más importante de todas las reformas estructurales está terminando de consolidarse en el Congreso a los ojos de todos y sin ninguna respuesta organizada, señala el documento
La estrategia de algunos partidos y sectores de la ciudadanía para frenar la reforma energética, descansa en la esperanza de poder celebrar próximamente una Consulta Popular, y que esta sea el mecanismo para hacer retroceder dicha reforma que se consuma en las cámaras.
La consulta popular como instrumento de toma de decisiones, en otros países ha permitido generar opinión y participación sobre temas de interés político público, pero en México y en este momento histórico concreto no representa más que un mecanismo burocrático para la atracción de votos para las elecciones intermedias de 2015.
La propuesta de consulta energética nace muerta porque con la aprobación de las leyes secundarias se blindaría la posibilidad de remover la reciente reforma energética por este método de participación.
La tendencia generalizada del gran capital en América Latina en la presente década se ha enfocado a garantizar la seguridad y certeza jurídica para que los grandes negocios sean inamovibles; esto es precisamente lo que pasa con la aprobación de las leyes secundarias en materia energética. Se elimina la posibilidad de ser derogada por su “carácter estratégico respecto a la economía nacional”.
Por otro lado, tenemos que considerar que los partidos políticos, los mismos que la están aprobando, tendrían que ponerse de acuerdo en la pregunta que se consultará. Así, la consulta popular energética resulta ninguna alternativa frente al despojo. La lucha por la defensa de la industria energética nacionalizada tiene que sobrepasar el encasillamiento electoral y debe colocarse en el nivel estratégico que merece.
Debemos conjuntar descontentos y voluntades para manifestar nuestro repudio por la aprobación de las Leyes Secundarias en materia energética; que nuestro actuar marque la necesidad de construir un referente independiente de intereses electorales que manifieste este camino.
El rechazo a las iniciativas de Leyes Secundarias en materia energética así como las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales es una prioridad en el horizonte inmediato. La movilización independiente debe jugar un papel importante para relanzar un nuevo periodo de lucha social que permita enfrentar la simulación del Congreso y las consecuencias de la aprobación de las reformas estructurales, como la carestía de la vida