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MÉXICO, DF, 28 de agosto de 2014.- El Plan Frontera Sur del gobierno mexicano ha conseguido ‘bajar’ del tren La Bestia a más de 6 mil personas, anunció el gobierno federal, sin especificar desde cuándo ni en qué puntos, destaca el diario español, El País en su edición de este jueves.
De acuerdo con el diario, las autoridades mexicanas han insistido en que la política de reforzar las fronteras con Centroamérica busca garantizar la seguridad de los migrantes, pero algunas organizaciones opinan que la decisión solo ha conseguido “aumentar los peligros” de los viajeros sin papeles y “hacerlos más vulnerables”, destaca El País.
La Bestia, el tren de carga utilizado por los inmigrantes como transporte para atravesar México hacia Estados Unidos, es tan célebre por sus peligros que también es conocida como la ‘devoravidas’.
El coordinador para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur, Humberto Mayans, explicó que las medidas del Gobierno mexicano buscan “respetar la dignidad” de los migrantes y anunció que se completarán con el monitoreo vía satélite de las rutas de La Bestia y patrullajes para evitar delitos.
Pero estas medidas no detienen ni detendrán el flujo de personas hacia el ansiado Norte. Al menos eso es lo que dicen algunos de los defensores de los derechos de los migrantes. Rubén Figueroa, de la organización Movimiento Migrante Mesoamericano, explica que los centroamericanos han comenzado a utilizar rutas alternativas para evitar a los agentes fronterizos enviados a la zona sur.
Es el caso de Arriaga, Chiapas, al sureste del país, a 200 kilómetros de la frontera con Guatemala, un punto de partida de La Bestia. Según cálculos de Figueroa, de 500 migrantes que abordaban La Bestia en Arriaga cada día, ahora solo suben 15 ó 20.
En Tenosique, Tabasco, el otro punto de partida y a 50 kilómetros de la frontera, de 250 personas ahora se monta apenas una treintena. “Están utilizando rutas mucho más peligrosas y desconocidas. Nuestro trabajo consiste en averiguar cuáles son para hacer la labor de acompañarles”, apunta Figueroa.
“No los van a detener nunca. Ahora caminan por las vías del tren, lo que es mucho más peligroso”, explica Germán Guillermo Ramírez Mendoza, presidente de la Casa del Migrante Santa Faustina, de Coatzacoalcos, Veracruz.
“Siguen llegando igual. Antes viajaban en grupos de 200, 500 o hasta 800 personas y se podían proteger mejor”, explica Ramírez. “Cuanto menores sean los grupos, más peligros corren”.
Coatzacoalcos, a 320 kilómetros de Arriaga y a 370 al oeste de Tenosique, es uno de los múltiples puntos de “descanso” en el larguísimo viaje que recorren los migrantes centroamericanos hacia EE UU, en el que están expuestos a robos, abusos, extorsiones, violaciones y asesinatos. La Casa del Migrante Santa Faustina tiene una capacidad para albergar 100 migrantes, que se quedan una media de un mes antes de proseguir el camino.
La Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad, formada por centroamericanos que han quedado mutilados por accidentes ocurridos en el camino hacia EE UU, organizó en abril una protesta en México para exigir una indemnización al Gobierno de Enrique Peña Nieto por los abusos cometidos en el territorio mexicano. Entre sus propuestas está la creación de una “visa humanitaria” con duración de un mes, que serviría para el libre paso de los emigrantes por México durante ese periodo. Actualmente México exige visado de turista a los ciudadanos de Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Hasta el momento, el Gobierno mexicano otorga una tarjeta de “visitante regional” con una vigencia de cinco años que permite a guatemaltecos y beliceños permanecer en el país durante al menos tres días. Durante agosto, informó Mayans, se entregaron 10.000.
El viaje a través de México cubre, a grandes rasgos, tres rutas: la del Golfo, el este del país, que recorre Veracruz y sus destinos primordiales son Reynosa y Matamoros; la central, que, entre otros estados, pasa por Zacatecas, San Luis Potosí, Coahuila y Nuevo León y llega principalmente a Nuevo Laredo y Ciudad Juárez y la del Pacífico, la más larga, cuyo punto “de descanso” es Guadalajara, al occidente del país, y cuya parada final es Tijuana, a un paso de San Diego, California.
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