Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
MÉXICO, DF, 29 de marzo de 2015.- Acaba de cumplir 32 años y ha rozado el cielo financiero de Wall Street, pero hasta hace poco Julissa Arce podría haber sido deportada de Estados Unidos en cualquier momento: era otra mexicana indocumentada que ahora, con los sueños cumplidos, quiere gritar al mundo que «sí, se puede», relata el portal del periódico barcelonés La Vanguardia.
«Quiero contar mi historia para toda la gente que se encuentra en la situación en que yo estaba. Que no dejen que un papel los limite, ni que las leyes les indiquen hasta dónde pueden llegar. Quiero ayudar a cambiar la percepción que este país tiene de los inmigrantes», afirma.
Además de hacerle vivir atemorizada, su condición migratoria le hizo renunciar a buenas oportunidades laborales por no poder abandonar EU pero, sobre todo, le hizo tomar la decisión «más dura de su vida», quedarse en Nueva York y no despedirse de su padre cuando estaba a punto de fallecer en su país natal.
Arce vivió en Taxco (México) hasta los 11 años, cuando sus padres decidieron que se trasladaría con ellos San Antonio (Texas), un cambio que supuso mucho más que despedirse de su vida acomodada, con asistenta y escuela católica, en esta pequeña ciudad conocida por sus minas de plata.
«Yo no era consciente de los sacrificios que mis padres estaban haciendo para que yo pudiera tener todo lo que tenía en México», explica la joven, que pasó de ver a sus progenitores como unos extraños que le traían regalos a vivir con ellos en un pequeño apartamento que distaba mucho de la idea del sueño americano.
Aquí, más información: http://www.lavanguardia.com/vida/20150329/54428541277/si-se-puede-de-inmigrante-indocumentada-a-la-cumbre-de-wall-street.html