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Escenario político
Lecheros a la Ruina
No acaban de levantarse de un golpe, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuando llega el otro, más contundente y, al parecer, definitivo, el Acuerdo Transpacífico (TPP), firmado apenas el pasado 4 de febrero, y que, anuncian sus propias víctimas: será la puntilla para más de 150 mil productores de leche de México, alrededor de 350 mil empleos y, por lo pronto, de un millón de cabezas de ganado lechero que se encuentran ya en los rastros para ser sacrificados.
Se trata del 99 por ciento del sector lechero nacional integrado por pequeños y medianos ganaderos a los que el presidente Enrique Peña Nieto prometió salvarlos, al dejar de importar leche en polvo, elaborada con deshechos de otros países, que aniquila a los lecheros mexicanos y están a punto de desaparecer.
Y aunque la leche en polvo y los lácteos de Australia y Nueva Zelanda — los poderosos del planeta–, entrarían gradualmente con el TPP firmado por 12 países, lo cierto es que debido al TLCAN, México ya no cuenta con 600 mil productores, quienes se retiraron de la actividad al no poder competir con los extranjeros.
Como se dijo, normalmente la leche en polvo son los sobrantes de otros países. Su precio internacional ha disminuido a causa de que muchas de las naciones desarrolladas ya no la compran. Contrario a lo que sucede en México, cuyas importaciones van a la alza por parte de los industriales, durante la última década las compras de lácteo en polvo, principalmente de Nueva Zelanda, Estados unidos, Uruguay y Argentina, promediaron un 25 por ciento del consumo nacional. Basta señalar que de aquí se derivan los llamados productos pirata lácteos, como son yogures, cremas, toda la leche con saborizantes y quesos. Para estos últimos en 2015 se tuvieron que importar más de 100 mil toneladas, equivalentes a casi mil millones de litros.
Actualmente, los industriales tienen grandes inventarios de leche en polvo y presionan para que la paraestatal LICONSA se los compre, sim importarles que se quede la leche nacional sin mercado. Los que presionan a su favor son diputados, senadores y gobernadores, cuando los afectados serían productores de 20 estados de la República, entre los que figuran Jalisco, Chihuahua, Aguascalientes, Guanajuato, Hidalgo, Zacatecas, Tlaxcala, y Michoacán, donde los ganaderos tienen saturados los rastros de vacas que quieren vender para dar de comer a sus familias. Porque la producción de leche en el país es de 30 millones de litros diarios y la demanda es de 45 millones, pero como autoridades e industriales han abusado de las importaciones del lácteo en polvo, resulta que cada día 5 millones de litros de leche líquida nacional, no se pueden vender y se opta por regalarla o tirarla.
Por eso es que los integrantes del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche se organizan y manifiestan a lo largo del país, repudian al TPP, piden que el producto sea excluido por el alto riesgo de competencia que los llevaría a la ruina a las primeras de cambio, pues con el TLCAN se ha demostrado que a los productores mexicanos se les obligó a competir en condiciones de desigualdad con los de otros países que cuentan con grandes excedentes y que son ampliamente subsidiados.
No obstante, las caravanas de protesta se multiplican por el interior de la República y la secretaría de Economía autorizó una compra anual de 27 mil toneladas de leche en polvo de Nueva Zelanda, cuando a los pequeños y medianos ganaderos se les escatima la compra de su producto, y cuando lo hace, fija precios que no alcanzan a recuperar los costos de producción que promedian los 5.50 pesos por litro.
Álvaro González Muñoz, dirigente, cuenta que la industria nacional prefiere adquirir la leche en polvo de importación sobre la nacional, a pesar de que ésta última es fresca, porque le resulta más barata traerla del extranjero descremada, es decir, sin sus nutrientes fundamentales, que comprar el producto fluido de los mexicanos, que es nutritivo y tiene todos sus ingredientes naturales.
Lo más lamentable de las políticas públicas dirigidas a este sector es que no consideran que la leche natural es necesaria para hacer frente en la lucha contra el hambre, ya que es base para la sobrevivencia de niños y ancianos. Prueba de ello es el programa para vender a un peso el litro de leche a los habitantes de los 300 municipios más pobres del país, ubicados en el sureste, sobre todo en Oaxaca y Chiapas. En esa medida se reconoce que LICONSA cerró el año con la compra total de 900 millones de litros a los pequeños y medianos ganaderos, los mismos que piden a la Secretaría de Economía frenar las importaciones de la leche en polvo, por parte de los industriales.
Piden que la SAGARPA vigile la calidad e inocuidad del producto y que a los lecheros, el gobierno les suba los precios con que comercializan su producto, para que sea por encima de los costos de producción –5.50 pesos— y no, como sucede, a veces hasta a la mitad.