![](https://mexico.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2019/04/Daniel-Adame-Osorio-FOTO-FACEBOOK-107x70.jpg)
Escenario político
Primero de Mayo en México, donde los salarios son los más bajos del mundo
A cuatro años de la Reforma Laboral crece desempleo, la informalidad y la indefensión laboral.
Aunque este Primero de Mayo el gobierno celebrará el Día del Trabajo con sus logros de fantasía y cifras maquilladas, la mayoría de los mexicanos sabe que nada hay que festejar y sí mucho, muchísimo que lamentar. Por principio de cuentas hay que señalar que México es uno de los países con los más bajos salarios del mundo: un mínimo de 83 presos con 4 centavos diarios, que apenas alcanza a comprar medio kilo de carne al día para una familia de 4 personas en promedio. Por eso es que este alimento está excluido de millones de hogares mexicanos casi todos los días de la semana, pues hay que dar prioridad a los gastos de transporte, vivienda y educación, entre otros.
El CEREAL, Centro de Reflexión y Acción Laboral –jesuita—no falla al decir que en materia laboral no nos fue nada bien a los mexicanos durante 2015 y que peor va durante 2106, aun cuando la actual administración encabezada por Enrique Peña Nieto sostenga que se han roto récord en creación de empleos o que el poder de compra del salario se ha recuperado.
Eso es pura “fantasía” sostienen los investigadores del CEREAL y eso se comprueba a diario con la dura realidad. El año pasado, fue uno más en que los empleos informales crecieron más rápidamente que los formales. La precariedad –detalla un informe del Centro citado—consiste en el deterioro de varios aspectos en el trabajo, principalmente en cuanto al salario que ya no alcanza para nada, pero también es aspectos como la temporalidad, las exigencias de producción, los sindicatos, el acceso a la justicia laboral y el trato digno.
El CEREAL comprobó, mediante una reciente encuesta, que en promedio los trabajadores deben laborar nueve horas adicionales para completar el gasto, y que más de 60 por ciento realiza actividades accesorias como asear casas, vender ropa, zapatos, perfumes, o instalar un puesto en un tianguis para tener un ingreso extra que les permita adquirir los bienes indispensables.
Cierto también es que más de la mitad de los trabajadores del país labora subcontratada a través de una agencia de empleo y que su permanencia promedio en un empleo es menor a medio año. CEREAL asegura además que los auténticos sindicatos desaparecieron desde hace 20 años y que ahora los que abundan son los de protección a empresas; en tanto que las autoridades laborales –Juntas de Conciliación y Arbitraje—cuentan con mayores herramientas, gracias a la reforma laboral de hace 4 años, para no defender a los trabajadores y agredir sus derechos a través de los contratos a prueba y todas las garantías al patrón para poder despedir en cualquier momento.
A las negativas condiciones laborales, el organismo no deja de tomar en cuenta el acoso sexual y laboral que padecen con frecuencia los trabajadores y, sobre todo, la falta de una representación sindical real en el ramo de las maquiladoras, empresas que se asientan en zonas pobres para ensamblar productos destinados a la exportación, de ahí que el papa Francisco haya seleccionado a Ciudad Juárez para encabezar una reunión sobre el tema en su reciente visita al país.
Todo lo anterior es comprobado, a su vez, por Martín Esparza, el secretario general del Sindicato Mexicanos de Electricistas, quien a final de cuentas resultó triunfador en su lucha contra el Gobierno por la desaparición de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.
En su balance, el dirigente del SME observa un panorama “desolador” a cuatro años de la reforma laboral que prometió la creación de miles de empleos formales y bien pagados. Sucedió, explica, totalmente lo contrario, porque la reforma lo único que ha alentado es el número de trabajadores sin contrato que laboran bajo el ahora legalizado esquema de las outsourcing, sin prestaciones de ley como el reparto de utilidades ni los beneficios de la seguridad social, afectando con ello las malogradas finanzas del IMSS y del propio Infonavit.
Basado en cifras del INEGI, Martín Esparza cuenta que en 2014 la cifra de trabajadores ajenos a toda contratación colectiva se incrementó en 92 mil 777 y que en 2015 se disparó a 576 mil 591 personas. “De tal forma que, en números redondos, se contabilizan en México 15 millones 300 mil 500 personas en la indefensión laboral.”
El dirigente cita al Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados que reveló en uno de sus estudios un déficit estimado de 5 millones de puestos de trabajo estables y que de los 52 millones de trabajadores que conforman la Población Económicamente Activa (PEA) 57.6 por ciento se encuentra en la informalidad, agravándose seriamente el problema, pues cada año deben de crearse entre 750 mil y 800 mil empleos, sobre todo para jóvenes que ingresan al mercado laboral y que ahora, con las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, están a mercede de los contratos de prueba, de capacitación o de las empresas de subcontratación que no les ofrecen garantías de estabilidad laboral para su futuro”.
A esto hay que sumar que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, dice el líder del SME, el 82 por ciento de la PEA en México apenas gana 1.6 salarios mínimos, menos de 100 pesos diarios y que tampoco se ha podido revertir que seis de cada 10 mexicanos subsistan en la informalidad, alejados de toda prestación social. Pero eso sí, los grandes ganadores han sido las compañías trasnacionales y la clase empresarial.
Quizás a todo esto se debe que el pasado 7 de enero fuera desapercibida la muerte de Joaquín Gamboa Pascoe, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Congreso del Trabajo (CT), cómplices de esta realidad que aplasta a los trabajadores mexicanos. Y que todo lo contrario resultara la semana pasada con el fallecimiento de Néstor de Buen, el abogado laboral y maestro que este Día del Trabajo es recordado por todos los gremios que todavía luchan, también con sus vicios, por una mejor vida de quienes integran la clase laboral en México.