Alfa omega/Jorge Herrera Valenzuela
Día del maestro: caciquismo magisterial y el futuro de Aurelio Nuño
No hay duda de que hay que honrar al maestro, a quien entrega su vida a la enseñanza, principalmente de los niños, y de esta forma contribuir con el desarrollo del país para que haya paz, progreso y una riqueza más distribuida entre la población. Cierto es que hay maestros que verdaderamente se sacrifican por su misión, sobre todo los que tienen que practicarla en el sector rural, donde tienen que caminar por horas entre montañas, cruzar ríos, enfrentar selvas, a caciques y delincuentes. Para llegar a chozas que son escuelas sin pizarrón o pupitres, con niños hambrientos y escasos, pues tienen que ayudar con su trabajo a sus familias ubicadas siempre en la pobreza extrema. Estos maestros merecen la gloria.
Pero también los hay que carecen de la mística y que para nada están dispuestos al sacrificio extremo como el personaje de la película mexicana Simitrio, quien, sintetizando, es un chico que realmente no existe en una escuela rural, porque “sólo lo inscribieron sus padres pero nunca fue a la escuela pues se mudó a otro pueblo el día de inicio de clases. Los niños lo inventan todo para hacer desatinar al Profe Don Cipriano sin riesgo de ser reprendidos dada su ceguera, y es Luis Ángel -el más inteligente y a la vez noble- quien así como inventa hacer travesuras a nombre del ausente Simitrio, también opta por revelar el secreto a su profesor y convertirse en su lazarillo, mientras Don Cipriano jura hacer de él un hombre de bien”.
Abundan los casos contrarios, de quienes, sobre todo en las grandes ciudades, se aprovechan de su profesión de maestro, si realmente lo es, para lucrar con la noble profesión y victimizar a niños con sus padres, si no es que también a sus propios colegas que se cuentan por miles y rebasan el millón en la república mexicana. Para ello se escudan en el sindicalismo, concretamente el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), al que se le identifica de inmediato con el caciquismo de Manuel Sánchez Vite, Carlos Jonguitud Barrios y la “maestra” Elba Esther Gordillo. Todos, en su momento, sirvieron y, en ocasiones, se enfrentaron al sistema político para engrandecer su poderío económico y político.
Pero la más grande cacique del SNTE –asegura el escritor anarquista Pedro Echevarría— fue Elba Esther Gordillo al estar 24 años (de abril de 1989 a febrero de 2013); no por lo años sino por los cargos que controló, sobre todo por imponerse como “presidenta vitalicia” del SNTE. Este personaje ingresó en 1970 al PRI y a la “Vanguardia Jongitudista” en 1972. En 1975, secretaria general de (la delegación magisterial) Netzahualcóyotl, luego tres veces diputada y senadora, secretaria general del PRI (2002—2005), dirigente de la Sección 36 del Valle de México, Jefa Delegacional con Manuel Camacho… Por su ambición desmedida se encuentra presa desde 2013.
Como hijo putativo del caciquismo magisterial del SNTE, que cumple 68 años, alrededor de hace 35 surgió uno más que se dice de izquierda, democrático y que se escuda con la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que siempre ha puesto en jaque a las autoridades educativas y a los gobiernos de la ciudad de México, Oaxaca, Chiapas y Michoacán.
A menos de un año de que Aurelio Nuño Mayer, poderoso Jefe de la Oficina de la Presidencia, llegó a encabezar la Secretaría de Educación Pública, la guerra de la CNTE contra el Gobierno Federal pareció debilitarse con la aprehensión de líderes magisteriales, los descuentos a docentes que participan en días hábiles en protestas, las amenazas de despido, la desaparición del IEPO –Instituto de Educación Pública de Oaxaca– y la aplicación obligada en todo el país de la reforma educativa de Enrique Peña Nieto.
Tan se reciente el cambio que se levantó el plantón instalado a un costado del Monumento a la Revolución en la capital del país y el que permanecía en el zócalo principal oaxaqueño. Las marchas siguen, pero ya no son tan numerosas y constantes como antes. Muchos de la CNTE dan la espalda a sus dirigentes y a Nuño se le menciona cada vez como uno de los fuertes aspirantes a suceder en 2018 a su amigo Enrique Peña Nieto. Aunque tal parece que eso se definirá precisamente este 15 de mayo, Día del Maestro, en que los disidentes del SNTE han anunciado una mega marcha y un posible plantón indefinido en el corazón de la ahora Ciudad de México. Seguro que de esto depende el futuro político del titular de la SEP, quien no se cansa de advertir que habrá castigo a quienes dejen de enseñar a los niños en las escuelas.
Por cierto, hay que tomar en cuenta que en estos enfrentamientos los grandes perdedores son los niños no sólo en las entidades donde tiene influencia la CNTE ni por culpa exclusivamente de ésta. Hay que recordar que hace un año las autoridades educativas y de salud anunciaron que ya no se iba a permitir la venta de comida “chatarra” en las escuelas y que, para inhibir en los niños el consumo de refrescos, se instalarían bebederos de agua potable.
Pues bien, la Red por los Derechos de la Infancia en México y el Poder del Consumidor acusan que han recibido reportes de todo el país, de escuelas públicas y privadas, en el que se indica la presencia de refresco en el 72 por ciento de los casos, venta de comida chatarra en 93 por ciento; ausencia de la figura de Comités de Establecimientos de Consumo Popular y de que sí es cierto que en el 45 por ciento de los reportes se indica la presencia de bebederos, lo malo de este asunto es que los testimonios sostienen que no funcionan.
Otra de las preocupaciones manifestadas, dice el informe, es que continúa el uso de las cooperativas escolares como negocio que beneficia a unas pocas personas, en detrimento de la salud de los alumnos, por lo que se demanda sancionar a los responsables de la venta de comida chatarra.
Al respecto, se recuerdas por parte de la REDIM que uno de los graves retos a los que nos enfrentamos como país es la epidemia de sobrepeso, de obesidad, la cual deriva en enfermedades crónico degenerativas que cada vez son más frecuentes en la niños y en la adolescencia. Se considera que 1 de cada 3 niños mexicanos nacidos a partir de 2010 desarrollará diabetes a lo largo de su vida. Se calcula que en México hay cada año 24 mil muertes asociadas al consumo de bebidas azucaradas.
Quizás el titular de la SEP, atareado con la Reforma Educativa, se le haya olvidado cumplir con este compromiso y que José Narro, argumente que como autoridad de Salud, acaba de llegar.