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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de febrero de 2016.- Para que México sea un país más eficiente e innovador es necesario promover la investigación que lleva al desarrollo y atraer más alumnos a la ciencia, sostuvo Albert Fert, premio Nobel de Física (2007) y profesor extraordinario de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.
La casa de estudios detalló que en la conferencia “De la ciencia fundamental a la innovación tecnológica”, el investigador expuso que en éste y otros países existen enormes brechas entre los laboratorios que trabajan en ciencias fundamentales, y las empresas que se dedican al desarrollo de dispositivos.
“Sería bueno impulsar los laboratorios en ambas ramas: ciencia básica y desarrollo de tecnología”, señaló el profesor, al tiempo que recomendó entablar contactos con la industria aunque, precisó, es difícil porque ésta se concentra en algunas naciones.
En el auditorio Alberto Barajas Celis, Fert (Carcassonne, Francia, 1938) resaltó la trascendencia de los avances que vemos hoy en computadoras, teléfonos portátiles o imágenes médicas; no obstante, el más importante “se da en la física fundamental, en la ciencia que lleva a la innovación”.
Los hallazgos de la tesis doctoral de Fert, Las propiedades del transporte del níquel y del hierro, así como sus trabajos sobre materiales constituidos por capas delgadas de hierro y cromo, lo llevaron, junto con otros científicos, al descubrimiento experimental del efecto conocido como magneto-resistencia gigante. La aplicación de éste ha permitido la fabricación de dispositivos magnéticos compactos para leer y almacenar información en forma masiva, como los discos duros de las computadoras.
Lo anterior es un ejemplo de cómo la investigación frecuentemente deriva en un resultado que se puede llevar a la aplicación, a la práctica o a un dispositivo.
El profesor de la UNAM reconoció que se desconocen los límites físicos de los semiconductores, “pero tal vez ese progreso se alcance en cinco o 10 años. La industria y las universidades están preocupadas por determinar qué se puede hacer con esa tecnología, qué se puede lograr con la espintrónica y la electrónica molecular”.
Otra ruta llevará al desarrollo de un nuevo tipo de ordenadores inspirados en el cerebro, la mejor “computadora” que existe y con mayor densidad de circuitos que una máquina, para lo cual se requiere entender la plasticidad de la sinapsis y la capacidad de transmisión de información entre neuronas.