Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
MORELIA, Mich., 13 de julio del 2014.- Las tasas de deforestación en la franja aguacatera michoacana rondan entre las 690 y 3 mil hectáreas al año durante las últimas 4 décadas, reveló un estudio del Instituto Nacional de Investigación Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) titulado Impacto del Cambio de Uso de Suelo Forestal a Huertos de Aguacate.
Este libro, escrito por varios especialistas, tanto del Inifap como de importantes universidades y centros de investigación, nacionales y estatales, señala en su apartado de tasas de deforestación en la franja aguacatera de Michoacán que existen varios estudios durante los últimos 7 años que dan como resultado distintas tasas de deforestación en esta zona por diversas causas, pero en las que se encuentra como principal el cambio de uso de suelo forestal por huertas de aguacate.
Un estudio realizado del periodo 1976-2005 en 11 municipios de la Meseta Purépecha, el cual fue hecho por Gerardo Bocco y Gustavo Garibay, del Centro de Investigación en Geografía Ambiental (Giga) de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), muestra que cada año se perdieron 690.7 hectáreas de bosque cada año.
Otro más, en el que se analizaron otros 11 municipios dentro de la franja aguacatera desde el 1990 al 2006, arroja como resultado que la tasa anual de deforestación fue del 3 mil 037.5 hectáreas; en tanto que otro estudio sobre 22 municipios de la misma franja muestra que la tasa de deforestación es de 1 mil 717.7 hectáreas cada año.
Una investigación más, del periodo 1975-2008 en 8 municipios de la subcuenca del Rio Cupatitzio señala que la tasa de deforestación llegó durante estos años a un desgaste de 707.1 hectáreas cada 12 años.
Sin embargo, se destaca que en cualquiera de los casos las tasas de deforestación son altas para la zona, y además se coincide en estos estudios que las principales causas de deforestación del bosque templado son la expansión del cultivo de aguacate, cuyo mayor incremento ocurrió entre 1980 y 1990 por el ascenso del comercio exterior del llamado “oro verde”, primero con Europa y Asia, y luego con los Estados Unidos, luego de la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).