Detienen en Sonora a 3 criminales; dos tienen órdenes de aprehensión
MORELIA, Mich., 10 de noviembre de 2014.- Semiárido y abundante en rocas carbonatadas, el pueblo de Santa Ana Teloxtoc, en el municipio de Tehuacán, Puebla, guarda vestigios de un pasado remoto; en el Cretácico temprano, hace unos 120 millones de años, esa región fue mar y sus habitantes moluscos, corales, equinodermos, peces y crustáceos.
En ésta y otras localidades del estado (Zapotitlán Salinas y Juan N. Méndez), científicos de México y España localizaron 102 fósiles de langostas de la especie extinta Meyeria magna, cuya forma asemeja a sus descendientes actuales, pero su tamaño es parecido a un camarón, reveló Oscar González León, alumno de la maestría en Ciencias de la Tierra en el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM y codescubridor del hallazgo.
Especializado en estratigrafía y paleontología, el biólogo reveló que la novedad es que, por primera vez, entre los vestigios se incluyen individuos juveniles y no sólo adultos, como los descubiertos en otros países.
“Esto nos permite profundizar en estudios sobre el crecimiento de estos organismos”.
En 1995 se reportó en esa área el primer registro de crustáceos, que entonces fue inédito.
Dado el tamaño pequeño de las langostas, nombraron a esta especie extinta Meyeria pueblaensis, en honor a la entidad mexicana en que se ubican. Años más tarde, González León y el investigador Francisco Vega Vera, del mismo instituto, encontraron ejemplares más grandes.
Ahora, en su trabajo de maestría con Josep Anton Moreno Bedmar, también del IGL, “realizamos un estudio más detallado y descubrimos que no se trataba de una especie inédita, sino que analizábamos individuos de una ya descrita.
Al comparar los fósiles con otros de morfología semejante hallados en Inglaterra, España y Colombia, resultó que son de la misma especie, Meyeria magna, sólo que nosotros encontramos también individuos juveniles, además de adultos”, relató.
Su presencia permite a los expertos realizar un análisis morfológico más completo y han caracterizado, por primera vez, las diferentes fases del crecimiento de las langostas fósiles.
Mientras algunos vestigios se observan como impresiones sobre la roca, con el cuerpo y las patas detalladas, en ciertos casos se percibe incluso el volumen del espécimen, algo que ayuda a tener una idea más clara de su forma y tamaño.
“Con las características del material hicimos una reconstrucción hipotética. Así definimos tres fases de crecimiento, desde los más jóvenes hasta los adultos”, dijo.
De mar a tierra árida Oscar González León explicó que las langostas encontradas en Inglaterra y España generalmente están en sitios cercanos al mar, mientras que en Puebla los antiguos materiales depositados en el fondo de aquél durante el Cretácico temprano hoy están tierra adentro, a mil 840 metros sobre el nivel del mar (msnm), en una región semiárida.
Fue la tectónica terrestre la que generó ese cambio.
“La formación de montañas elevó los materiales marinos que contienen los fósiles que encontramos en la actualidad”.
El sitio del hallazgo pertenece a la Formación San Juan Raya, tierra poblana abundante en rocas que alternan entre lutitas, areniscas calcáreas y calizas, caracterizadas por la presencia de múltiples fósiles de organismos marinos, entre ellos, moluscos, corales, equinodermos, peces y crustáceos.
En esa formación aún hay mucho por estudiar, pues existen diversos fósiles. En nuestro caso, lo importante es tener langostas extintas de varias etapas de desarrollo, lo que nos permite investigar más a fondo sobre su crecimiento y hábitos ecológicos, finalizó.