Escenario político
Si Donald Trump fuese una red neuronal artificial
El día de ayer observé con preocupación, pero no sorpresa, el desenvolvimiento de las elecciones primarias del partido republicano en nuestro país vecino. No es una sorpresa porque conozco a la población estadounidense con algún grado de amplitud y profundidad desde hace mucho tiempo. Por supuesto, esto no cesa mi preocupación por el destino de nuestro país, nuestros vecinos y el mundo, en ese orden. Mi inquietud persiste si no llegase a ser presidente de los EUA. Peor aún si lo es.
Por citar un ejemplo, en la revista NATURE se publicó un artículo en el que se reporta un análisis de la ideología y retórica del Sr. Trump usando redes neuronales artificiales (ANN por sus siglas en inglés).
Una red neuronal Artificial es un paradigma de procesamiento de la información inspirado por la forma en que funcionan los sistemas nerviosos biológicos, como el cerebro. Forma parte de lo que se conoce como inteligencia artificial.
El elemento clave de este paradigma es la creación de estructuras innovadoras del sistema de procesamiento de información. Estas estructuras están compuestas de un gran número de elementos de procesamiento altamente interconectados (neuronas) trabajando conjuntamente para resolver problemas específicos, como lo hacen las personas cuando aprenden a través de ejemplos y problemas a resolver.
Brad Hayes inadvertidamente subrayó la simplicidad de la retórica del Sr. Trump cuando decidió aplicar una red neuronal a los patrones del “modelo Trump”, notablemente simplista y repetitivo en el discurso. Él publicó sus resultados— parodia generada por computadora basada en los discursos de campaña de Trump- en Twitter usando @DeepDrumpf, aun cuando los análisis están completos en @hayesbh. Cabe aclarar que el apellido ancestral de Trump es Drumpf (alemán) y fue cambiado por la familia desde hace varias generaciones. Los resultados del análisis son descorazonadores.
Brad Hayes es un científico de la computación en el Massachusetts Institute of Technology en Cambridge. Hayes es un ciudadano de los Estados Unidos, pero sabe que algunos de sus colegas más destacados no lo son. «Muchos de ellos quisieran vivir aquí después de obtener sus doctorados, pero ahora tienen dudas», dice. «Absolutamente queremos que estas personas permanezcan. Si no lo hicieran, nosotros mismos nos estaríamos haciendo un flaco favor “.
Yo agregaría por experiencia propia que no basta un buen puesto y salario; hay que tener el estómago para sobrevivir a un ambiente estresante (por ser políticamente correcta), si no directa, si indirectamente y decidir vivir en EUA. También por experiencia propia sé que la Ciencia y Tecnología dura no son atractivas como forma de vida para el norteamericano común. Desde hace mucho tiempo que este sector está ocupado por extranjeros, nacionalizados o no, quienes seguramente serán objetivo de agresiones “modelo Trump”. Es claro que los norteamericanos promedio han desarrollado un profundo desprecio por la ciencia, tecnología e innovación.
El conflicto de la humanidad, es que Trump es un reflejo de la realidad de la población norteamericana y esto si es peligroso. Por supuesto no todos tienen su nivel neuronal pero si una gran mayoría. Al momento alrededor de 10 millones de votantes lo han apoyado y es el candidato republicano con mayor soporte en la historia de este partido. Logró atraer votantes ampliando la base de su partido (el GOP).
Mi punto de vista es que nos enfrentamos a un hecho histórico; los estadounidenses experimentarán en carne propia por primera vez, fenómenos para ellos desconocidos; populismo, balcanización, racismo exacerbado, degradación del debate político, ataque a las Instituciones. Desgraciadamente no cuentan con los anticuerpos que si se generaron en otros países (Alemania con Hitler) para defenderse. Es natural y legítimo que nuestros vecinos den prioridad a su propio bienestar sobre otras causas; pero hay que tener las redes neuronales y sinapsis necesarias para no morir en el intento.
Sólo me restan dos dudas ¿Logrará EUA sobrevivir al “modelo Trump” y conservar su lugar como primera potencia mundial? O como la historia fatalmente nos enseña, estamos presenciando la caída de otro imperio más. Si el segundo caso fuese cierto, no sabemos cuánto tiempo tomará, lo que sí sabemos es que será el resultado de sus propios errores, como siempre.