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MÉXICO, DF, 7 de julio de 2015.- El banco HSBC había organizado una salida social a un circuito de kartings, en Birmingham, Reino Unido. Los empleados que participaron se vistieron para la ocasión con ropa de pilotos y de mecánicos.
Tras darse cuenta de que los atuendos eran similares a los que verdugos y prisioneros usan en los videos de ejecuciones organizadas por Estado Islámico, a seis compañeros se les ocurrió hacer una broma.
Cuatro estaban de negro, y uno, Saf Ahmed, de naranja. El sexto tomó su celular y empezó a filmar.
Encapuchados, los primeros simulaban ser verdugos, y el otro, un condenado a muerte de la temible organización terrorista. El video dura sólo 8 segundos, en los que se puede escuchar «Allahu Akbar» (Alá es grande) y la risa posterior de los bromistas.
Ese mismo día, lo publicaron en Instagram.
Cuando los comentarios les hicieron notar lo ofensivo que resultaba tomarse tan a la ligera las atrocidades de Estado Islámico, que ha asesinado a muchos británicos, los bancarios borraron la publicación. Pero ya era demasiado tarde.
The Sun lo difundió en las horas siguientes y el asunto se transformó en un escándalo nacional.
Al ver la repercusión que tuvo, las autoridades del HSBC decidieron despedir a los participantes y emitieron un comunicado disculpándose por su repudiable actitud.