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MORELIA, Mich., 20 de febrero de 2014.- La detención de Servando Gómez, alias la Tuta, proclamada por el comisionado federal, Alfredo Castillo, es un tema de percepción porque aunque no sea el líder de Los Caballeros Templarios, se trata de un personaje mediáticamente representativo y cuya eventual detención estaría justificando la eficiencia de la estrategia federal en la entidad, así lo consideró la senadora Luisa María Calderón. En entrevista la panista recordó que en anteriores detenciones de presuntos líderes de la delincuencia organizada se les presentó como operadores directos dentro de una estructura criminal sin que esto haya implicado la extinción de la organización que representan. En este sentido, aunque reconoció que no se debe menoscabar las medidas de contención para mejorar la seguridad, lo que implica la detención lideres criminales, dijo que la estrategia de reconstrucción y reconciliación de los habitantes de las comunidades que han sido afectadas es “más importante”. La ex candidata a la gubernatura mencionó que en Michoacán la población comienza a realizar algunos esfuerzos por regresar al orden y por intentar recuperar la certidumbre de sus espacios así como la convivencia diaria. “Creo que en Michoacán tenemos que caminar ahora a un tema de reconciliación y también de duelo, porque no sabemos cuántos de los nuestros los hemos perdido sin la posibilidad de llorarlos y de recibir un abrazo, al final para reconstruir nuestra vida en comunidad tenemos que pasar por esos procesos”, resaltó. “Por ejemplo, me decía a mí una señora que ella había ido a un sepelio y vio que la gente estaba destrozada por su muerto, pero ella en medio de ese dolor le hubiera gustado estar en una situación similar, porque al menos así terminaría la incertidumbre que le genera el no saber nada de su hija que se encuentra desaparecida”. Señaló que en las comunidades de la Tierra Caliente es común ver que las familias se encuentran enfrentadas porque alguno de sus miembros se incorporó a la delincuencia organizada y tuvo que ir agredir bajo esas condiciones a un vecino o pariente, situación que derivo en una serie de agravios y rencores que nos terminan por desaparecer. En este sentido, dijo que aún en varias poblaciones están pendientes esos procesos de duelo y de reconciliación para recuperar una convivencia, pero sobre todo de rechazó hacia la percepción de que el narcotráfico es una actividad que da prestigio o que otorga poder. “Ya estamos en una segunda generación que tiene este aprendizaje social, en el que valora más el control y el poder que la vida en comunidad y el respeto”, enfatizó la senadora del albiazul.