Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de abril de 2016.- Para Martín Moreno, su primera novela, Días de Ira, no la pudo haber escrito si no hubiera ejercido el periodismo. Menciona que es política/ficción, donde describe desde el surgimiento de una guerrilla en México, los abusos políticos, hasta la perversa relación de algunos medios ante el poder. Y esto, dentro de un realismo novelado, cercano a los momentos de hartazgo, desesperanza y reclamos de justicia de una parte de la sociedad.
Egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, Martín Moreno ha sido reportero en los diarios La Prensa, Ovaciones y El Universal, además de colaborador en los diarios Excélsior Reforma y de las revistas Nexos y Época. Y desde hace más de 10 años conduce el programa radiofónico Reporte 98.5, en el 98.5 de FM.
La charla de Quadratín México con el periodista es en las oficinas de Océano, la editorial que le publicó Días de Ira, su primera novela de ficción. Con antelación escribió los libros periodísticos Por la mano del padre, El caso Wallace, Paulette: lo que no se dijo, Abuso del poder en México y Los demonios del sindicalismo mexicano.
–En Días de ira se cuestiona al poder, presenta una situación de los problemas actuales: miseria, pobreza y aborda un tema ya olvidado en este país: los campesinos, el olvido oficial, su inseguridad social…
–En Días de Ira condenso tres elementos: poder político, la guerrilla y los medios de comunicación. La escribí en dos años y surgió de la preocupación profunda de que las cosas sigan igual y el país no cambie nunca. Ahí narro el nacimiento de un movimiento de campesinos armados con machetes y bien organizados en diferentes pueblos de todo el país. Se refleja mucho que la realidad mexicana, es un realismo novelado Van a encontrar al poder político, con sus excesos, con sus decisiones. Tomo de la mano al lector para meterlo a la casa del poder presidencial y que vea el lector, que escuche, que sea testigo de cómo se toman las decisiones, cómo habla el presidente, cómo habla el gabinete, cómo habla el poder político, porque a veces ni siquiera los periodistas tenemos ese privilegio.
Gracias a su labor como periodista ha conocido de cerca el poder político y así lleva al lector a estos escenarios, que normalmente la gente común y corriente no conoce. Y apunta: “En Días de Ira el lector puede percibir lo que está aconteciendo en México, de lo que puede ocurrir en México, y sí, retrata una actualidad y esboza un futuro que no es tan descabellado, es un México donde el cinismo gubernamental te dice que aquí no sucede nada y donde campea el autoritarismo, los actos de corrupción…”:
–El presidente retratado en Días de Ira recuerda a Peña Nieto… ¿No hay temor a algún tipo de represalia…?
– Cierto, se parece a Peña Nieto, tiene su perfil físico, pero puede ser cualquiera de los presidentes que hemos tenido, por sus actitudes, sus desplantes. Es uno y es todos. Además, lo que hago es describir el poder presidencial…, las decisiones que se toman en casa del presidente.
Y respecto a represalias, no sería nuevo para mí, porque he enfrentado ya amenazas públicas e identificadas, yo esperaría que no, que el poder político se retrate en Días de Ira, y lo tome como una advertencia. ¿Y los riesgos? ¿Perder espacios? Yo perdí una columna en Excélsior por ese motivo. Hay censura, amenazas, apretones… Es un riesgo que se corre y si no lo haces tú, otro lo hará.
Las dos amenazas a las que se refiere Martín Moreno fueron una de la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, que llevó lo demandó, con amenazas, por una columna periodística y otra, físicamente en la presentación de uno de sus libros, Abuso del poder en México, en la librería Gandhi, en Miguel Ángel de Quevedo. Entró gente armada, escoltada, y lo amedrentaron, lo amenazaron.
Hace 7 meses –por presiones del poder– le pidieron su columna en Excélsior. Sigue escribiendo los miércoles su columna semanal en el portal Sin Embargo, y adelantó que está sobre un sexto trabajo de investigación periodística “sobre lo que ocurre en México, un país enfermo, corrompido, desgobernado.
–En la novela hay un personaje, El Líder, ¿existe en la realidad?
–Está en las calles, en la sierra, en las ciudades… Cualquiera puede ser El Libre, desde el punto de vista de que cualquiera puede levantar la voz y lanzar un hasta aquí, en Días de Ira cuento las circunstancias del Libre, una vida marcada por la violencia, por la desesperanza, por el abuso del poder, el asesinato de sus padres, que simple y sencillamente lo llevan a tomar los machetes y decir: “¡Ya basta!”.
PERIODISMO Y LITERATURA
Necaxista por herencia, Martín Moreno habla de la línea delgada que hay entre la literatura y el periodismo, pero que son pocos los diaristas que se atreven a pasarla.
Y dice que de los reporteros de a pie, realmente de a pie, quienes se la rifaron en las calles, en manifestaciones, investigando, reporteando, que después hayan hecho novela, somos pocos. Y menciona: “Tú, Jorge Zepeda, y yo. Hemos escrito, además de reportajes, notas, entrevistas, crónica, novela de thriller”.
A lo largo de la novela entremezcla “apellidos de periodistas de carne y hueso para reivindicarlos, a ellos, al medio, a la profesión: son de novela y de vida real: Félix Fuentes, Manuel Buendía, los Álvarez del Villar, Javier Velázquez, Estrella… Lo hago como un homenaje a ellos, para todos los periodistas. No hay que ser mezquinos”.
Para concluir menciona una regla de oro tanto para ejercer el periodismo, como para escribir una novela: Leer es fundamental. Y remata:
–En el periodismo hay dos vías: o te vas por la cómoda y no molestas al poder, o ejerces un periodismo crítico, de investigación, de denuncia…