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MÉXICO, DF, 19 de noviembre de 2014.- “Qué lástima que el PRI no tenga más que mierda para venir aventarla y no argumentos y razones”, dijo, ante el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), un furioso Cuauhtémoc Velasco Oliva, diputado por el Movimiento Ciudadano (MC).
El legislador había sido aludido por el priísta Jaime Ochoa Amorós, quien previamente había subido a defender la Casa Blanca, propiedad de Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto.
“Deben dejarse las suspicacias de lado. La solvencia de la Primera Dama Angélica Rivera se encuentra respaldada por sus actividades particulares que ha desarrollado durante años”, argumentó el priísta.
Ochoa Amorós en su participación expuso que el asambleísta del MC, Oscar Moguel Bollado, quien propuso el punto de acuerdo para pedir aclarar la propiedad de Rivera, y el coordinador del mismo partido, Velasco Oliva, carecían de autoridad moral para cuestionar a la esposa del Presidente, y preguntó si se basaban en chismes, porque de ser así él expondría otros “chismes”.
“Resulta que el diputado Moguel anda viendo otras cosas sin poner en cuenta que tiene una demanda de paternidad y pensión alimenticia con el número 1136/2009 en el Juzgado 30 de lo Familiar. Es de señalar que se niega a realizar la prueba de paternidad, desconociendo los motivos. El niño tiene aún 14 años de edad y su madre se encuentra enferma y limitada para hacer actividades de forma ordinaria”.
Y no paró ahí. También tenía un chisme sobre Velasco Oliva.
“Si seguimos con los chismes, resulta que el diputado Cuauhtémoc Velasco, la señora Carla Vázquez Flores fue secretaria de la Comisión de Notariado, Comisión que casualmente preside un diputado de su partido; también está su sobrino Roberto Velasco Álvarez, quien es asesor de su grupo parlamentario; o qué me dice de la prepotencia de Dante Delgado, Coordinador Nacional de Movimiento Ciudadano, ofende a un conductor y no le recibe un volante”.
Entonces se encendió la mecha de los legisladores del Movimiento Ciudadano, sobre todo la de Velasco Oliva.
Bollado aseguró que nunca habló de Rivera, sino de su esposo, y de su obligación de informar a la sociedad mexicana sobre su evolución inmobiliaria. En cuanto a las acusaciones contra él de parte de Ochoa Amorós, retó al priísta a acompañarlo al juzgado para conocer el expediente y agregó que en la Tesorería de la ALDF puede ver los descuentos que se le hacen a su dieta para pagar la pensión alimenticia.
“No dé informaciones supinas, señor Jaime Ochoa, que usted no conoce y no sabe, y quiero decirle, hace algunos años dijo [José] López Portillo: Que sería lamentable que nos convirtiéramos en un país de cínicos. Y quiero decirle a usted, que está eludiendo el Presidente de la República su responsabilidad y como el primer mandatario está obligado a informar del incremento inmobiliario que le corresponde por haberse casado con la señora Angélica Rivera”.
Pero el más encendido era Velasco Oliva.
“Qué lamentable que ante la falta de argumentos, tenga qué venirse aquí a la Tribuna a levantar calumnias y falsos cargos, a dar golpes bajos, a tirar carretadas de excremento, para tratar de manchar la honorabilidad de compañeros diputados”.
Explicó que efectivamente tuvo problemas con una compañera de partido, Nayelli Martínez, quien al no ser candidata a diputada levantó una serie de impugnaciones ante distintas instancias incluida la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal y todas habían sido echadas abajo, aseguró.
“Qué lástima que el PRI no tenga más que mierda para venir aventarla y no argumentos y razones”, soltó, y entonces obligó a la intervención del presidente de la Comisión de Gobierno, el perredista Manuel Granados.
“Con el propósito, presidente [Ochoa Amorós], de que exhorte a las y los legisladores a conducirse con respeto en este recinto. Creo que esta Asamblea ha sido respetuosa en escuchar los argumentos de unos y otros, pero no puede ser bajo esquemas que ofendan a la Institución como se va a ganar un debate”.
Pero ni así llegó el respeto y los insultos continuaron. Tocó el turno del priísta Fernando Mercado Guaida, quien defendió a su compañero Ochoa Amorós y a su partido. Al iniciar su participación se mostró comprensivo con Velasco Oliva. Dijo que en su lugar y después de lo señalado por Ochoa Amorós él también estaría molesto. Pero le resultaba inexplicable que alguien de su experiencia, de su edad, se expresará así en Tribuna.
Consideró que la ciudad vive una crisis política y esta “harta” de los políticos.
“La gente está ‘encabronada’, pero está ‘encabronada’ con todos nosotros, la gente está harta y está harta de todos nosotros”, expresó y recibió un llamado de atención de parte de Ochoa Amorós en su papel de presidente de la Mesa Directiva.
Pero Mercado Guaida no aceptó el regaño.
“Hablé en abstracto, no le falté el respeto a nadie”.
Bollado le pidió no decir palabras altisonantes y el priísta ofreció no volver a decir algo que lo ofendiera, continuó su exposición y se dirigió a Velasco Oliva.
“Lo exhorto, diputado Velasco, a usted y a su partido a que si no le gustan temas como los que ha presentado el diputado Ochoa, presente la evidencia, presente los documentos, presenten aquello que su dicho, que respalde su dicho, pero no se refiera a un instituto político digno y serio como el nuestro y constituido como el suyo de manera legal y que además, además representa el partido con más apoyo electoral en el país, no se conduzca como una mierda, porque para tal caso, me abstengo por la solicitud del diputado Granados y por cómo se ha de conducir la Asamblea. Lo pido y le exhorto a que sea respetuoso y a que conduzcamos esta sesión con seriedad”.
Velasco Oliva aseguró que no estaba enojado y aclaró sus dichos, para que no quedara duda.
“Yo nunca acusé al PRI de ser una mierda, y lo quiero dejar en claro. Yo dije que era una lástima que vinieran aquí a la Tribuna y ante la falta de argumentos lo único que estuvieron en condiciones de hacer es de aventar un montón de mierda”, remató.
Después pasaron a la votación del punto de acuerdo y se votó a favor.
Fue una sesión que inició tarde. Convocada a las 09:00 horas, comenzó hasta las 10:18 horas, con una asistencia de 34 de 66 diputados. El fantasma de la revisión del quórum se apareció a las 10:38, cuando el diputado del Partido Nueva Alianza, Jorge Gaviño, pidió revisarlo.
El presidente de la Mesa Directiva, Jaime Ochoa Amorós, ocurrente un día antes, mostró una actitud mesurada. Comenzó el conteo y cuando transcurrieron tres minutos Gaviño pidió contabilizar, en ese momento sumaban 24 legisladores presentes en el Pleno y parecía inminente que la sesión concluyera por falta de quórum. Pero Ochoa Amorós otorgó otro par de minutos, en los que milagrosamente llegaron otros 12 legisladores para sumar un quórum de 36 diputados.
Después vendría la tormenta causada por la Casa Blanca.