
De frente y de perfil
La orden del Gobierno de la Ciudad de México fue que sus servidores públicos no detengan ante las puntadas de Morena.
Así de simple. Eso, ante las locuras de los morenos que ya no saben qué hacer para quedar como víctimas en vez de concentrarse en trabajar.
Desde hace días Benito Bahena, integrante de Morena y líder del sindicato de tranviarios amenazó con pedir apoyo a su partido, para que salieran “chispas”, pues se le quiere desconocer como líder luego de años, años y años de estar como dirigente. El típico dinosaurio anquilosado.
Aunque Morena pidió al PRD mantenerse al margen del conflicto, pues Eduardo Venadero, director de Transportes Eléctricos es también líder de Vanguardia Progresista, una de las corrientes más fuertes del Partido del Sol Azteca, el partido de Andrés Manuel no lo hizo y atendió el llamado de auxilio de Bahena.
Y en su búsqueda porque “salieran chispas”, Benito y sus correligionarios se lanzaron a la yugular de Venadero, con un audio que resultó ser falso, y en el que el que una voz que al parecer correspondía al subgerente de Planeación del STE, Juan Carlos Erazo, menciona que desde el Gobierno se fraguaba un contra ataque dirigido a César Cravioto, líder de la bancada morena en la Asamblea Legislativa, y al presidente de dicho partido Martí Batres. Un “compló”, pues.
La cosa fue que la misma secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, negó tal ardid y dijo que esos no eran los estilos de su jefe, Miguel Ángel Mancera. Para pronto Juan Carlos Erazo dijo que la voz no correspondía a la suya, y hasta inició una denuncia penal contra quien resulte responsable.
Así de rápido y fácil se desinfló la trama de Morena para victimarse, y sin mayores resultados salieron raspados y exhibidos por ver hacer precisamente lo contrario a lo que demandan.
Es por eso que en el Palacio del Ayuntamiento se dio la orden de continuar cada quien con su trabajo y evitar distraerse con las puntadas de Morena.
Y es que en vez de estar de argüenderos, lo que esos políticos deberían hacer es ponerse a trabajar, para demostrar de qué cueros salen más correas.
De esa manera, los jefes delegacionales no tendrían que estarse acercando a funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México, para pedir apoyo.
Ese es el caso del de Azcapotzalco y de Xochimilco, Pablo Moctezuma Barragán y Avelino Méndez, respectivamente, que ya no ven lo duro sino lo tupido para el manejo de problemas, y por eso han ido a pedir verdadera ayuda para salir airosos.