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Escenario político
En los Ecos del DF se asegura que Manuel Granados, presidente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), es una de las figuras que anda en plena campaña personal.
A pesar de no estar afiliado al PRD logró una diputación local por ese partido, aunque lo mismo se le relaciona como cercano al jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, que con los marcelistas y con el mismo Manuel Camacho Solís, recientemente adquirió su militancia, y votó por primera vez como miembro del partido apenas el pasado 7 septiembre en la elección de consejeros, sin que se conozca con cuál bando está.
Sus aspiraciones, se menciona en los corrillos políticos, apuntan a ser el próximo sucesor de Mancera, y para ello arma su propia estrategia para conseguirlo, sumando el apoyo de todo el que pueda, sean simpatizantes o no del actual mandatario capitalino.
Granados está en la búsqueda de reflectores, aquellos que no ha conseguido atraer desde su curul, y ahora busca llevar las riendas de la Secretaría de Seguridad Pública local.
En una reunión, Granados indicó a sus seguidores que sustituirá a Jesús Rodríguez Almeida, para tomar el control de la policía, y desde las acciones de seguridad encaminarse a la jefatura de gobierno.
Luego de intentar derrocar al secretario de Gobierno, Héctor Serrano, y no prosperar, el asambleísta quiere ahora aprovechar los cambios que se prevé se realizarán en el Gobierno capitalino, tras el informe anual el próximo 17 de septiembre, para, según él, posesionarse.
Sus primeros suspiros eran para ocupar el segundo puesto más importante en el Gobierno del Distrito Federal, pero sus dardos no hicieron mella en Héctor Serrano, quien se encuentra afianzado en su cargo, como el principal operador político de Mancera. ahora veremos cómo le va en su intento por llegar a la Secretaría de Seguridad Pública.
Zócalo Resguardado
Desde el 1 de septiembre el Gobierno Federal es el encargado de resguardar el Zócalo capitalino. También fue el responsable de utilizarlo como estacionamiento durante el informe presidencial de Enrique Peña Nieto.
Aunque no hubo empacho en subir los automóviles a la Plaza de la Constitución, desde ese día se prohíbe el paso a los peatones, porque ese espacio está cerrado al paso peatonal con vallas colocadas por el Ejército.
Eso es para evitar que manifestantes inconformes con la política nacional se “estacionen” allí, y compliquen la celebración de la ceremonia del Grito de la Independencia.