Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
A mitad de las campañas electorales, Andrés Manuel López Obrador, fundador del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha dado muestras de desesperación, pues sabe que en la ciudad que él mismo gobernó, no está siendo aceptado con sus candidatos.
Las encuestas no le dan ventaja en ninguna delegación, ni en la misma Cuauhtémoc desde donde quieren catapultar a Ricardo Monreal como jefe del Gobierno del DF.
Para El Peje es desolador el panorama, y ante el cual sólo le ha quedado “planchar” el escenario de flagelarse, de que ooootra vez fue víctima de un fraude electoral. Ya lo vemos haciendo plantón en el Zócalo luego de los resultados de las elecciones del 7 de junio.
Y como no hacer berrinche, si estas elecciones intermedias, son su pulso para saber si tiene posibilidades para contender por la silla presidencial, pues si en el propio DF donde gobernó, donde impulsó tantos programas, ya no la hace, menos en el resto del país será votado. Eso sería una triste realidad.
En su locura ha cometido graves errores, como echar la culpa de su ruina electoral venidera, al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y al secretario de Gobierno, Héctor Serrano, a quien alguna vez nombró uno de los mejores servidores públicos del GDF.
Ahora, con sus malas decisiones, AMLO se echó encima otro peso, el de la suspensión de varios programas sociales en la ciudad de México. Al acusar a Mancera de hacer un uso faccioso de éstos, el GDF de inmediato respondió, y decidió, junto con los jefes delegacionales, que la mayoría de las ayudas a los ciudadanos, se congelarán hasta el 8 de junio próximo, cuando pasen las votaciones.
El inconforme López Obrador entonces se quejó de que la medida se tomó hasta la mitad del proceso electoral.
En un juego político inteligente, el líder del PRD-DF, Raúl Flores, aprovechó y le dio la estocada a Morena, a quien responsabilizó de frenar los propios programas impulsados en la administración lopezobradorista.
Ebrard aferrado
Otro que le juega a la víctima es Marcelo Ebrard, que aferrado a la política, pues tiene recursos que le permitirían vivir tranquilamente fuera de ese medio, regresó de su autoexilio en Francia, a menos de una semana de viajar a Europa.
Los Ecos Capitalinos nos repiten que al prendérsele el foco con una nueva idea que por unos días lo mantendrá en el aparador político, tomó el primer vuelo de regreso, para registrarse como diputado federal suplente por Movimiento Ciudadano, con la dupla René Cervera.
Aunque su candidatura fue aceptada por el INE, se prevé que al igual que sucedió con su registro como diputado federal, sea echada abajo por el Tribunal Electoral, por los mismos motivos de querer contender por dos partidos en un mismo proceso, pues recordemos que intentó ser abanderado perredista en las elecciones internas.
Con esto, Marcelo gana tiempo, sigue bajo los reflectores políticos, y luego, como AMLO, se hará la víctima. Es entonces que le quedaría un camino, el del milagro de que Enrique Alfaro, candidato del Movimiento Ciudadano a la alcandía de Guadalajara, le diera un hueso en su gabinete, mientras hay otras elecciones, pues a Ebrard ya no se le ven mayores opciones, si es que en el DF no se le fincan responsabilidades por los errores en la obra de la Línea 12.