Abanico
El Mercado de La Merced y los intereses partidistas
Los morenos parecen sanguijuelas, que se cuelgan donde ven que puede sacar provecho para su causa.
Ese es el caso del Mercado de La Merced, que luego de un incendio el año pasado, no ha podido ser reparado por completo debido a que un grupo de comerciantes, se niega a salir de la Nave Mayor.
Por pura causalidad, según nos cuentan los Ecos Capitalinos, dichos comerciantes, están asesorados, ¿por quién creen? Pues precisamente por Morena.
El gusto de los integrantes de ese partido, o por lo menos de sus líderes locales, entiéndanse Martí Batres y el presidente de la bancada en la Asamblea Legislativa, César Cravioto, es llevar la contraria al gobierno de Miguel Ángel Mancera.
Como si no bastase con los problemas que tiene la administración capitalina, los morenos quieren echar más leña a la hoguera, mostrando con ello que no les interesan los capitalinos.
Lo que desean es meter el pie a Miguel Ángel Mancera, para dejarlo como un mal gobernante, esperando que así ellos ganen terreno y puedan ganar las siguientes elecciones de gobernador de la Ciudad de México, llevándose entre los pies a todo el que se les atraviese, así sean sus mismos representados.
O que alguien explique, cuál es el interés en evitar que la Merced, uno de los mercados más importante de la ciudad de México, siga cerrado al público.
¿Cuáles son los escrúpulos para hacer uso de unos comerciantes a costa de su propio riesgo de aferrarse a permanecer en un lugar que es un peligro para su integridad física?
¿Y cuál ha sido el discurso usado para convencer a víctimas del siniestro, para que crean el dicho de en personas con solamente intereses políticos?
Diputados fantasmas
Por cierto que los diputados morenos, no conformes con todos los recursos federales que recibirán las delegaciones políticas que gobiernan, han solicitado a la ALDF más presupuesto para las mismas.
Lo incomprensible de estos suigéneris diputados locales es que siguen sin asistir a las comisiones que integran, y sus peticiones las han hecho por escrito o a través de puntos de acuerdo.
Y para que sea tomada en cuenta su opinión, el resto de las bancadas exigió que se hagan presentes, y no laboren como asambleístas fantasmas.