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MÉXICO, DF, 10 de julio de 2014.- El ecotráfico se ha convertido en un negocio de miles de millones de dólares que explotan las redes trasnacionales de crimen organizado, dejando tras de sí una estela de corrupción, violencia, y destrucción del medio ambiente a su paso por Latinoamérica, destaca un amplio reportaje que publica el sitio estadounidense especializado en seguridad In Sight Crime
Los recursos naturales de Sudamérica, Centroamérica y México generan grandes ganancias a astutos criminales que cuentan con los contactos adecuados, a costa de una explotación irracional de bosques que contienen una gran cantidad de valiosa madera.
Tan sólo el comercio ilegal de madera genera beneficios anuales estimados en 100 mil millones, destaca In Sight Crime, mientras que el comercio mundial de vida silvestre tiene un valor anual estimado de 19 mil millones de dólares, donde aproximadamente 350 millones de plantas y animales son vendidos en el mercado negro cada año.
«A veces se le conoce como un delito emergente, pero para nosotros los crímenes de la vida silvestre y la madera ya no son problemas que estén emergiendo, sino que se encuentran en pleno crecimiento», señaló al portal especializado Jorge Ríos, jefe del recientemente creado Programa Global para combatir delitos contra la vida silvestre y los bosques, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
El denominado ecotráfico «cae en la misma categoría que el tráfico de drogas, armas, y personas, pues según los patrones de tránsito, incautaciones, y la cantidad de recursos involucrados, es crimen organizado transnacional», destaca el estudio.
En comparación con los carteles de droga, poco se sabe sobre las redes del ecotráfico, pero la ONUDD está convencida de que muchas de estas redes mantienen un amplio portafolio de actividades criminales.
«Éstas son redes criminales organizadas que también tienen que ver con las drogas y con otros productos ilícitos -son tan buenos como cualquier otra persona, ellos diversifican», dijo Ríos.
El informe del Programa Global desglosa la cadena de ecotráfico en origen, tránsito y destino. El primer grupo involucrado está ubicado en la parte inferior de la cadena, son quienes talan los árboles y cazan a los animales. El segundo grupo son los contrabandistas que mueven el producto, ya sea ilegal o transformado en un producto legal a través del fraude o mediante la manufactura. El último grupo es el de los vendedores, coleccionistas, consumidores, y los negocios que venden o utilizan el producto final, así como los «controladores» criminales que supervisan toda la cadena.
«Usted tiene a personas que han invertido dinero en la compra y en juntar todo esto, y luego se empieza a ver cómo los expertos en la ilegalidad comienzan a facilitar el flujo de estos productos a través de controles. Estos son los mismos tipos que saben cómo llevar cualquier cosa ilegal a través de esos corredores», destaca el especialista de la ONUDD.
Según Ortíz, en Colombia es en donde las raíces del crimen organizado son profundas, la intersección entre el ecotráfico y el tráfico de drogas, armas, dinero en efectivo, y la trata de personas, es significativa.