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MÉXICO, DF., 17 de julio de 2015.- El autoconocimiento y la autorregulación ayudan a manejar eficientemente las emociones y, al lograrlo, es posible construir el bienestar propio y ser menos manipulables, advirtió Gabina Villagrán Vázquez, profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
En comunicado de la UNAM, este sábado, indicó que lo anterior deriva del aprendizaje que la académica ha obtenido de la impartición del Taller de Atención Plena y Conciencia Corporal, que busca promover experiencias que favorezcan el desarrollo de la conciencia reflexiva o autoconocimiento mediante la práctica de la atención plena (mindfulness).
Se pretende apoyar el desarrollo de habilidades de autorregulación cognoscitiva y emocional para impulsar la toma de la responsabilidad de procesos internos emergentes, para así procurar el bienestar.
Se trata de llevar a cabo un proceso de introspección a través del cual las personas monitorean su atención; es decir, el trabajo es no perder de vista el objeto elegido para observar y analizar. Si no se realiza el monitoreo, vamos de un objeto a otro o de un pensamiento a otro, pero con el entrenamiento se pone en práctica la voluntad para mantener claridad en la tarea fijada, explicó.
En nuestro caso, abundó, llevamos esta labor al campo de las emociones, entendidas como reacciones del sistema nervioso autónomo detonadas por eventos externos (medio ambiente), internos (nuestros pensamientos) o personas.
Por ejemplo, ¿por qué lloramos si alguien muere o si se tiene un desencuentro amoroso?, ¿por qué nos enojamos si vamos en la calle y alguien grita una grosería? En cada cultura se marcan formas específicas de actuar frente a situaciones determinadas, así que procedemos de manera condicionada. Entonces, se puede afirmar que culturalmente tenemos una educación sobre cómo responder ante ciertos eventos, remarcó.
“En el taller partimos del supuesto de que la mayor parte de los sucesos que nos hacen sufrir son las interpretaciones que hacemos de nuestro entorno y, en consecuencia, reaccionamos. Hemos visto que cuando alguien tiene mayor conciencia de lo sucedido, es capaz de elegir a qué le presta atención y, al mismo tiempo, sabe cómo suprimir o destacar algunos elementos. Esto se conoce como atención plena”, apuntó.
Lo primero que se debe desarrollar es la habilidad para prestar atención en forma relajada, estable y vigilante o despierta; luego viene el autoconocimiento, a fin de tener más información sobre uno mismo en todos los sentidos (hábitos, creencias, formas de reaccionar y pensar) y, posteriormente, viene la autorregulación. En suma, para el entrenamiento de la atención se requiere determinación y voluntad.