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MÉXICO D.F., 13 de julio del 2014.- El Mundial de futbol en Brasil no sólo ha sido protagonista por las grandes gestas de las selecciones que han participado sino también por las protestas sociales que se han generado por el excesivo gasto invertido en la competición.
Según publica el economista mexicano Guillermo Barba en la edición digital de Forbes, casi 150 mil millones de pesos ha sido el presupuesto destinado para llevar a cabo el Mundial. Como dice Barba, “el país ya no está de moda”, y los problemas de pobreza que aqueja a Brasil, están lejos de solucionarse.
Se calcula que casi un tercio del dinero destinado ha ido a parar en la construcción o renovación de los estadios mundialistas, que después del evento quedarán en la anécdota, ya que las Olimpiadas de 2016 se darán en Rio de Janeiro, y no se utilizará alguna de las doces sedes que han acogido el Mundial.
Las infraestructuras generadas por el torneo han provocado el desalojo de más de 250 mil personas, según reportó el ‘Comité Popular da Copa’, organización que lleva desde el 2008 denunciando los desmanes y abusos del gobierno brasileño.
El colectivo añade que la represión también ha sido feroz, con detenciones preventivas de activistas y un gasto de casi 11 mil mdp en material para los granaderos, incluidos dos drones del ejército israelí – usados en los recientes bombardeos en Gaza-, y cursos de entrenamiento por parte de la empresa de seguridad Black Water, denunciada por asesinatos masivos en Irak. El Comité añade que 60 brasileños están actualmente encarcelados por haber tomado parte en varias protestas contra la FIFA.
El aumento del precio del transporte público en ciudades como Sao Paulo y Rio de Janeiro, fue también una medida que provocó que la mecha del descontento social prendiera. Además, el Tren de Alta Velocidad (TAV), que tenía planeado conectar a estas dos ciudades en el mes del Mundial, no se ha llevado a cabo y tampoco se espera que esté listo para las Olimpiadas.
¿Y qué pasará en los Juegos Olímpicos? La agencia Bloomberg publicó que Brasil se gastará casi 135 mil mdp sólo en infraestructuras en la ciudad de Rio de Janeiro. A estos, hay que sumarles otros 35 mil mdp en costos organizativos para una justa que apenas durará dos semanas y media. Y llegan tarde, el Comité Olímpico expresó su preocupación por la lentitud de las obras que en el mes de abril, apenas llegaban al 10 por ciento.
Y los dirigentes del Comité Olímpico Internacional (COI) no son menos que los investigados ejecutivos de la FIFA. Sus extravagancias sorprendieron a la prensa británica en 2012. Carriles exclusivos para limusinas, semáforos que se ponen en verde cuando pasan las caravanas de lujo del COI, habitaciones de lujo reservadas y vacías, retiro de anuncios de patrocinadores rivales cerca de los eventos y la exigencia de más de 40 mil policías que custodiarán la Villa Olímpica y las instalaciones deportivas.
Ahora, sólo hará falta esperar las cifras de compensación de un mega-evento que ha parecido traumatizar a muchas ciudades y que ha cambiado drásticamente su paisaje urbano. Como detalle, el pasado Mundial en Sudáfrica sólo recuperó un 10 por ciento de lo invertido y apenas alcanzaron las dos terceras partes de visitantes esperados.
Ante la experiencia mundialista, muchos ya piden que sean los Juegos Olímpicos quienes se adapten a Rio y no al revés.
Fuente: Forbes, Bloomberg y The Guardian.