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MÉXICO, DF, 9 de agosto de 2015.- El Papa Francisco expresó este domingo su preocupación por la violencia que se ha desatado en las últimas semanas en El Salvador a causa de una carestía y de la crisis económica, informó la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
El pontífice hizo un especial llamado a la pacificación en ese país, durante los saludos finales –en italiano- de su bendición dominical con el Angelus, asomado a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de personas en la Plaza de San Pedro.
“Sigo con viva preocupación las noticias que llegan de El Salvador, donde en los últimos tiempos se agravaron las molestias de la población a causa de la carestía, de la crisis económica, de agudos contrastes sociales y de una creciente violencia”, dijo.
“Animo al querido pueblo salvadoreño a perseverar unido en la esperanza y exhorto a todos a rezar para que en la tierra del beato Oscar Romero reflorezcan la justicia y la paz”, agregó.
Desde hace meses, el gobierno de El Salvador enfrenta los ataques de las bandas criminales “maras” en diversas zonas del país donde, desde enero hasta la fecha, se han registrado más de tres mil asesinatos violentos.
En su alocución de este domingo Jorge Mario Bergoglio recordó también los “tremendos bombardeos atómicos” en Horishima y Nagasaki del 6 y el 9 de agosto de 1945, hace setenta años.
Sostuvo que pese a haber pasado tanto tiempo, esos “trágicos eventos” aún suscitas “horror y repulsión”.
Esos episodios –agregó– se han convertido en el símbolo del “desmedido poder destructivo del hombre” cuando hace uso distorsionado de los progresos de la ciencia y de la técnica.
Además estableció que los bombardeos atómicos y sus consecuencias constituyen un “llamado perenne a la humanidad”, para que repudie para siempre la guerra y prohíba las armas nucleares y toda arma de destrucción de masa.
“Esta triste efeméride nos llama, sobre todo, a rezar y a empeñarnos por la paz, para difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos. De toda tierra se levante una única voz: ¡No a la guerra y a la violencia, sí al diálogo y a la paz!”, ponderó.