Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
La crisis de los reciclados
Dice la conseja popular que nunca segundas partes serán buenas.
Y esto le da pie a Melita Peláez (Mela para sus detractores) para advertir que los candidatos reciclados en las elecciones de 2016, no tienen muy buena estrella que digamos.
Son seis los candidatos a gobernador que convencieron a sus partidos de darles una segunda oportunidad. Y a una semana de las votaciones lo único que se anticipa es que tropezarán con la misma piedra.
Para documentar el pesimismo de Melita Peláez, van aquí algunos datos:
El panista y senador con licencia Martín Orozco Sandoval fue abanderado por el PAN en las elecciones de Aguascalientes en 2010, episodio en el que perdió frente a Carlos Lozano por una diferencia de 5.19 puntos porcentuales.
Orozco hoy está metido en un lío por los apoyos externos que se presume le da una alianza con el queretano Pancho Domínguez (si no pega con uno con otro). También dicen que el ex alcalde tiene cola que le pisen pues de acuerdo a las indagaciones periodísticas de @jlc007 está señalado como responsable de malversar recursos y eso explica por qué “va en caída libre”.
De acuerdo a un estudio del Instituto Belisario Domínguez, que sacó una media de 52 encuestas, Orozco lleva una tendencia en las preferencias del 42 por ciento, mientras que la priista Lorena Martínez va con el 45 por ciento. El PRD no pinta.
También en Aguascalientes entró en segunda competencia Nora Ruvalcaba, quien hace seis años obtuvo un marginal 4.38 por ciento de la votación total. Pero eso no obstó para que convenciera a su partido de darle una segunda oportunidad y hoy puede presumir un testimonial 2 por ciento, de acuerdo a las más recientes encuestas. Pero lo paseado nadie se lo quita.
En Durango el senador panista José Rosas Aispuro (en alianza PAN-PRD) podría quedarse con las ganas de saltar las trancas por segunda ocasión.
Hace seis años, en 2010 perdió la mano en las elecciones frente a Jorge Herrera Caldera aunque se quedó a escasos 1.9 puntos de la meta.
Experimentado legislador, pues ha sido varias veces diputado, al hoy senador no le favorecen las expectativas de votación pues de acuerdo a la media del Instituto Belisario Domínguez podría hacerse del 39 por ciento de la votación total, pero su competidor Esteban Villegas tiene el 49 por ciento de las preferencias.
Además en la guerra sucia a Rosas Aispuro se lo acabaron en redes sociales con la difusión de una conversación que generó el hashtag #nolecumpleniasunovia.
Javier Corral Jurado podría quedarse chiflando en la loma como en 2004 cuando compitió contra Jose Reyes Baeza Terrazas (hoy director del ISSSTE), cuando quedó a 15 puntos de distancia del ganador.
Corral no ha logrado sacarse la espina en las elecciones de Chihuahua a pesar de llevar el apoyo del ex líder del PAN, Gustavo Madero –quien nunca se decidió a buscar la candidatura por la gubernatura de su tierra–. El PRD no quiso apoyarlo, aunque tuvo las simpatías de Guadalupe Acosta Naranjo que no le sirvieron de mucho.
Corral también tuvo para su desgracia que competir con el candidato independiente José Luis Chacho Barraza quien le quitó muchos votos. Ni el respaldo de Denise Dresser le sirvió a Corral.
De acuerdo al estudio del Instituto Belisario Domínguez las tendencias en las encuestas le dan a Corral un marginal 26 por ciento, contra 17 puntos de Chacho y 43 puntos de los votos para Enrique Serrano. Ya se verá pero parece que no hay nada que hacer.
A la panista Adriana Dávila Fernández no se le ha hecho eso de encabezar la alternancia en Tlaxcala, entidad que ya ha sido gobernada por el PRI, PAN y PRD.
Aunque su especialidad es la comunicación, hace seis años Dávila Fernández no pudo conectar bien con los electores y se quedó a 7.61 puntos de su principal adversario, el veterano político Mariano González Zarur. En aquel entonces participaron tres candidatas.
La gestión de González Zarur no ha sido la mejor y el candidato Marco Antonio Mena (un Chicago boy bien preparado) ha resentido las consecuencias, tanto que hoy la votación podría ser muy apretada, pero no a favor de la panista.
La senadora Lorena Cuéllar Cisneros es la gran apuesta del PRD, por no decir que la única. La mayoría de las encuestas le dan el primer lugar con 28 por ciento en promedio, seguida de Dávila con 26 puntos. A Mena lo colocan con 24 puntos. Una encuesta de El Universal da otras cifras: PRI, 34.5 y PRD 28.1 puntos de votación; el PAN aquí no pinta.
Las campañas en Veracruz han sido despiadadas. Será porque se juegan más de 5.6 millones de votos, el 7 por ciento de todo el país. La competencia ya no fue únicamente entre los Yunes como se esperaba, pues la participación de Morena y el duro intercambio de acusaciones desdibujó la candidatura aliancista de Miguel Ángel Yunes Linares.
Hace seis años Yunes Linares compitió y perdió contra Javier Duarte de Ochoa, su pesadilla, aunque la diferencia de votos fue mínima, esto es, de 2.55 puntos de votación. A Yunes Linares le ha costado mucho remontar los señalamientos de enriquecimiento inexplicable y ni los errores de gobierno de Duarte lo colocan de puntero.
Los datos del contraste. El Instituto Belisario Domínguez promedió los resultados de 52 encuestas para darle 39 puntos al priista Héctor Yunes Landa; 31 puntos a Yunes Linares y 19 puntos a Cuitláhuac García; en cambio la más reciente encuesta de Indemerc le da a Héctor Yunes 31.8 puntos, a Yunes Linares 26.7 y al candidato de Morena 23.8 por ciento. Sería la segunda derrota al hilo de Miguel Ángel Yunes Linares.
En Zacatecas, David Monreal también va por esta especie de segunda vuelta. Nadie le discute que quiera seguir los pasos de su hermano Ricardo Monreal y que el reto sea una cosa de familia. Pero hace seis años cuando perdió ante Miguel Alonso Reyes, Monreal compitió con los colores del PT, tuvo el cuarto lugar de la votación, después del panista Cuauhtémoc Calderón y del perredista Antonio Mejía.
David Monreal es la revelación, porque a punto estuvo de quedarse fuera de la competencia por una disposición del INE que revocó el tribunal superior. Entró tarde a la competencia pero el apoyo de Andrés Manuel López Obrador lo hizo subir como la espuma. Hoy está en el 27 por ciento de las preferencias, después del priista Alejandro Tello –que le ha sufrido para mantenerse- que lleva 37 puntos. El candidato de la alianza PAN-PRD se quedó lejos en un 18 por ciento.
Y si esta vez gana David, la pregunta será: ¿quién pompó?
En el caso de Hidalgo dos políticos ven por segunda ocasión sus sueños hechos cachitos. Uno es Francisco Xavier Berganza quien ya había participado en las memorables elecciones de 1999 no sólo porque ganó Manuel Ángel Nuñez Soto, sino porque participó como candidato el respetado periodista Miguel Ángel Granados Chapa.
En aquel entonces Berganza cantante y político originario de Apan, quedó más de 20 puntos lejos de la votación de Nuñez Soto. Hoy la perspectiva que tiene en las encuestas es de 30 puntos por debajo de lo que obtenga Omar Fayad, cuya elección será de esos casos llamados zapato.
Otro personaje que no ha visto la suya en años, nos referimos el aspecto político electoral, es José Guadarrama Márquez.
Operador priista durante mucho tiempo, antes de irse a la oposición, Guadarrama participó en las elecciones de 2005 que ganó el actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. En 2005 Guadarrama quedó en segundo lugar, abanderando al PRD con el 29.5 por ciento de la votación, aunque el priista se llevó la elección con el 51.8 por ciento.
Hoy las cosas no pintan bien para el abanderado del PRD pues si bien le va lograría el marginal 11 por ciento y Morena le estaría pisando los talones.
La hora de la verdad es la de las urnas y ya veremos.