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“Los grandes artistas que nos dieron poder y tuvieron presencia allende nuestras fronteras eran gente preocupada por su público inmediato y al artista contemporáneo parece que ya no le interesa figurar en su propio país sino quiere destacar en Europa o Estados Unidos”, señala el maestro Felipe Ehrenberg
Para el pintor, antes la historia del artista mexicano estaba inscrita dentro del devenir cotidiano del país, pero en la actualidad ya no quiere dialogar con su público y eso le resta fuerza
“Por ejemplo, los japoneses no andan con problemas de identidad. Uno nota inmediatamente la obra, aunque no conozca al autor, uno siente su ‘japonesidad’, o como los alemanes, que se nota lo que son pero no se nota de dónde viene la obra producida por mexicanos”.