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MÉXICO, 11 de diciembre de 2014.- “Hace falta más periodismo de investigación”, asevera Manuel Hernández Borbolla, ganador del Premio Walter Reuter 2014 y autor del reportaje El Millonario Negocio Privado de la Importación de Gasolina en Pemex, cuyo trabajo fue publicado en Quadratín México. Dice que los trabajos de investigación que develan la corrupción del sistema político mexicano, ayudan a la ciudadanía a empoderarse.
“El periodismo tiene una labor fundamental: ofrecer información muy puntual que los ciudadanos puedan usar para empoderarse y exigir el papel que les corresponde en este juego de poder, es una manera para que la ciudadanía levante la voz para exigir satisfacción a sus necesidades e inquietudes, pues ha estado excluida de los temas de discusión en el Poder Legislativo”, expresa.
Reconocido el 9 de diciembre en el Instituto Goethe, donde participó la periodista Carmen Aristegui, el periodista de 30 años de edad, comparte que desde el 2012 inició su investigación sobre el negocio que realizan empresas privadas con la exportación de crudo mexicano e importación de gasolina a México.
Tardó ese tiempo porque se enfrentó a una maraña de justificaciones legales de parte de Petróleos Mexicanos (Pemex) para negarle la información sobre cuáles empresas obtienen ganancias por la importación de gasolina.
Refiere que recibió innumerables negativas de la paraestatal a sus solicitudes de que le entregaran información sobre las ganancias que van a dar a manos privadas, a pesar de que el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IFAI) ordenaba a Pemex no resguardar la información.
Mientras volvía a insistir en solicitar la información, Hernández Borbolla consultó otras fuentes, como los informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Revisó minuciosamente contratos, sacó la calculadora y realizó operaciones aritméticas para contabilizar las ganancias.
Su trabajo rindió frutos y arrojó conclusiones sobre el negocio de la importación de gasolina, operado por una filial de Pemex, Petróleos Mexicanos Internacional (PMI), empresa que cobra alrededor de 3 centavos de dólar por cada uno de los millones de barriles de petróleo que se exportan anualmente al extranjero.
“Ese dinero, a pesar que opera [la empresa] con recursos públicos, legalmente está considerado como dinero privado y no queda del todo claro para quién es o dónde está ese dinero privado que Pemex administra. Resulta que estas empresas privadas sacan una ganancia por todo lo exportado, una buena parte del petróleo mexicano que se exporta directamente a Estados Unidos y particularmente a la refinería de Deer Park que está en Houston, que es una coinversión que tiene Pemex con Shell y sus mismas filiales privadas. Hay otra filial privada que es PMI NASA que se lleva otra tajada por procesar el petróleo y otra filial privada, en este caso PMI Trading se lleva otra mochada a la hora de importar el combustible a México”, explica.
“Este círculo que se le da al petróleo es un negocio privado redondo cuyas ganancias no hemos podido calcular, porque hay muchas lagunas de información que no se han podido llenar, pero lo que hemos podido meter en la investigación es que se trata apenas de la punta del iceberg, por ejemplo los tres mil millones de dólares que no se han podido documentar o que Pemex no tiene forma de comprobar dónde está ese dinero que ellos reportan en sus cifras”, agrega.
Se trata de un esquema que opera desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, pero cuyos mecanismos se afianzaron durante las dos últimas administraciones, la de Felipe Calderón y la actual de Enrique Peña Nieto. Un esquema en el que participan 14 empresas aglutinadas en PMI, y que explica el desinterés del gobierno federal por construir más refinerías, explica el periodista galardonado.
“En México hace 30 años no se construye una refinería, la última iba a ser la de Tula [Hidalgo] que ya la acaban de dar por muerta oficialmente y a la par que no se había construido una refinería aun cuando el aumento de demanda de combustible parecía que lo ameritaba, hubo un abandono intencional de parte de los gobiernos federales de los últimos 20 a 30 años en los que ni se hacían los estudios pertinentes para resolver los problemas técnicos que enfrentaba la paraestatal”, añade.
En cuanto al papel de los representantes populares, personificados en los diputados federales y senadores, para aclarar la situación de estas empresas, Hernández Borbolla ve desinterés de los legisladores.
“Esta corrupción que impera en los tres niveles de gobierno y en los tres poderes hace que exista un Pacto de impunidad, no solo en Pemex sino en todas las áreas de la administración pública que hasta el gobierno federal a inicios de este sexenio, a través del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, reconoció impunidad de 99 por ciento, una cosa inaudita y que habla de la manera en que está desfondado el Estado por la corrupción.
“Vemos a gobernadores y políticos que financian sus campañas con dinero ilegal proveniente del narcotráfico o de otras organizaciones criminales de cuello blanco que permanecen impunes y a la hora de exigir este Pacto de lmpunidad pasa factura y provoca que hayan pocas voces que hablan sobre los niveles de corrupción en Pemex, que estén callados o se pierdan en la discusión pública gracias a la manera cómo opera el sistema político mexicano”, critica.
Periodista todo terreno
Hernández Borbolla nació en la ciudad de México, aunque radicó San Luis Potosí, donde inició su carrera periodística. Con 18 años, inició su trayectoria como reportero de TV Azteca y en su estado natal atestiguó de cerca algunos conflictos campesinos que lo sensibilizaron sobre la situación de dicho sector de la población. Después se vino a vivir al Distrito Federal donde ha laborado en los diarios Récord y 24 Horas, la revista Teorema Ambiental, y recientemente en Quadratín México.
Participó en el blog Rumboalacop16, cuando la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático se celebró en Cancún, Quintana Roo, en 2010. En el sitio electrónico plasmó la voz de grupos de personas afectadas por las mineras y las prácticas agresivas al medio ambiente.
En su experiencia de vida está el haber recorrido América Latina durante un año, en un viaje mezcla de curiosidad viajera y periodística por conocer la problemática del subcontinente.
Actualmente estudia la maestría de Ciencias Políticas y Sociales en la Facultad del mismo nombre, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que es egresado. Gracias al reconocimiento recibido, para 2015 viajará a Alemania durante una semana.
Cuestionado sobre los medios de comunicación actuales, considera que hay una crisis, pues muchos anteponen sus intereses ligados en ocasiones al poder, a los de sus lectores.
“La mayoría de los medios operan a favor de los intereses del poder en turno, para nadie es un secreto, los mismos periodistas escuchamos cómo los medios se censuran en temas que pueden resultar incómodos al poder por la manera en que opera la política mexicana y cómo hay información orientada a fines políticos que obedecen a la línea oficial”, expresa.
Cuestionado sobre las aportaciones de los medios de comunicación digitales, resalta que permiten acceder a información que en los medios tradicionales es más difícil hallar, precisamente por los compromisos arriba mencionados que se adquieren.
Ejemplifica: “Antes una forma de ejercer presión por parte del gobierno era regulando con la compra de papel, ahora, las nuevas tecnologías han hecho que muchos de los costos sean más accesibles a ciertos grupos que de otra forma no podrían operar igual de la manera que operaban diarios de papel. Aunque aún estamos atorados en el tema de que la información –siendo un derecho de la ciudadanía– en términos concretos es una mercancía, tiene un costo producir información de calidad y aún no encontramos los mecanismos que nos permitan hacer del periodismo de investigación un asunto que sea autofinanciable, pues muchos de los medios descartan este tipo de trabajos ya que no son redituables económicamente.
“Habría que encontrar la fórmula a partir de convocatorias o iniciativas de las mismas organizaciones civiles, en este caso de embajadas extranjeras u otro tipo de premios o plataformas que permitan promover este trabajo que no está siendo producido desde la lógica empresarial bajo la que operan la mayoría de los medios de comunicación”, lamenta.
Respecto a si seguirá sus indagaciones sobre Pemex, responde que es algo que aún no decide, pero con la apertura del sector energético el tema mantendrá su vigencia.
“Es tal el nivel de corrupción que a donde voltees afloran temas”, concluye.