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MÉXICO, DF, 15 de junio de 2014.- Tepito trabaja y mucho. El problema es que parte de ese trabajo está fuera de la ley, confiesa a Quadratín Salvador Gallardo, don Chava, personaje conocido en el barrio por diseñar y fabricar muebles a partir de refacciones automotrices en desuso, lo que él llama ‘arte utilitario’. Habitante del llamado ‘barrio bravo’ desde 1964, cuando sus padres se separaron y dejó Azcapotzalco junto con su mamá y sus ocho hermanos, Don Chava lamenta que los oficios de antaño como barnizar, pintar o hacer zapatos ahora sean falsificar, estuchear o quemar DVD piratas.
«Todos los días llega un trailer en la noche con CD y al otro día ya están quemados y vendiéndose: Blue Berry, películas porno, libros… Valen 5 o 10 pesos y como la gente no tiene para pagar en un establecimiento lo que cuestan, los compra piratas”, explica con lógica incuestionable. “Se han perdido los oficios porque ya no hay talleres, ahora hay falsificadores de perfume, de ropa, de discos, haciendo mezclados de los 50 con los 80, haciendo películas porno”, agrega el artista.
Desde pequeño se enamoró de Tepito porque “todas las casas tenían talleres familiares: el que no era sastre era pintor, ebanista o barnizador, orfebre o talabartero y aquí lo que se estilaba antes de la fayuca era heredar el oficio de los papás porque quien tenía oficio podría mantenerse a sí mismo y a una familia”.
Bajo la costumbre de la época, don Chava aprendió zapatería, pintura y talabartería. Luego se convirtió en mesero y ‘sacamaloras’ de un cabaret. También fue sparring pues “el segundo oficio de Tepito es el box”. La vida en ese ambiente le trajo una herida con arma blanca y decidió retirarse. Luego abrió una refaccionaria y, tras separarse de su primer esposa –que arrasó con todos los muebles- decidió hacer sus propios muebles: “Voy a hacer unos de fierro a ver cómo chingaos se los lleva”.Fue entonces que inició su oficio como creador de arte utilitario.
Hoy Don Chava atiende su refaccionaria, ubicada en Peralvillo 60, a la entrada del barrio de Tepito, y sigue haciendo muebles. “Las piezas que tengo son obsoletas, tengo poquita venta pero también reparo cositas. Estoy contento porque fui invitado por el delegado a dar clases en la escuela de Capacitación de Artes y Oficios. “Yo estoy con la mejor disposición de enseñarle a los jóvenes que depositen en mis manos pero tiene que estar gente que quiera aprender y que acepte la disciplina, como es un oficio: primero aprendiz, luego que se le pida ayudar, que ayude, y cuando se le diga que sabe, que lo demuestre, es cuando se gradúa alguien de oficial. Mientras, seremos aprendices y ayudantes”, remata don Chava.