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MÉXICO, DF, 24 de mayo de 2015.- Lo que era una aventura para escalar el Monte Everest, en Nepal, se convirtió en una experiencia que marcó la vida al alpinista mexicano Orlando Castro Castro, quien sobrevivió al terremoto del 24 de abril pasado y que dejó más de siete mil muertos, informa la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
De 35 años, originario de Sinaloa, pero radicado en Monterrey desde hace 18 años, el expedicionario narró lo que vivió cuando se encontraba en el Campamento Base, a cinco mil 350 metros sobre el nivel del mar, justo en la falda de la cumbre más alta del planeta.
“Tristemente fue algo inesperado, qué les digo, fui a poner una marca en la montaña y la montaña me marcó a mí con todo”, relató.
“Habíamos alrededor de mil alpinistas, ya había subido dos noches antes hacia el Campamento Uno, después bajé, porque así es el proceso de aclimatación, vas subiendo, regresas, subes al campamento dos, estás unos días, luego regresas, son 40 días en el proceso de aclimatación”, refirió.
Recordó que ese día subirían al Campamento Dos, “eran las 11 de la mañana del 24 de abril cuando sucedió el terremoto. Todos estábamos dentro de la tienda del comedor, cuando llega el movimiento, salimos corriendo y se escucha el estallido, que fue donde reventó el glaciar de esta montaña de ocho mil metros”.
En ese momento, añadió, todos voltearon hacia el Everest, porque las nubes estaban muy bajas y no se sabía de dónde venía o qué tan grande podía haber sido la avalancha.
“Yo volteé hacia el lado izquierdo, hacia las otras montañas, yo la vi venir, le avisé a los compañeros, todos corrieron, yo corrí hacia el frente de la avalancha, para meterme a una tienda de campaña que estaba ahí, que era de los cocineros, era la más resistente y no alcancé a llegar”, agregó.
El alpinista describió que el movimiento telúrico “lo agarró en el camino, pero afortunadamente no traía residuos grandes que me pudieran haber golpeado o quitado la vida, venía sólo la nieve, me estuvo estremeciendo el tiempo que estuvo pasando arriba de mí”.
Luego del sismo con magnitud cercana a los ocho grados en la escala de Richter decidió quedarse a colaborar en labores de rescate, en compañía de otros alpinistas de Japón, Irlanda y Francia, quienes formaban parte de la expedición al Everest.
“Eran conocidos de la gente de Nepal con los que yo iba en la expedición, iba saliendo del Campamento Base y fue cuando empecé a ver toda la tragedia en la zona más afectada, personas muertas, heridas, la situación difícil y les dije que no me iba a ir, que me iba a quedar a apoyar a la gente”, afirmó Orlando Castro.
“Todos nos fuimos a hacer labores de rescate y de las personas que alcancé a sacar, afortunadamente iban con vida”, mencionó.
De los rescatados “unos nada más los sacábamos a las zonas donde otras personas se los llevarían, en otros momentos sacaba heridos hasta donde podía entrar el helicóptero, otros los llevábamos a las tiendas, la verdad no conté –cuántas-“, comentó el alpinista.
“Siento que volví a nacer, siento que es una nueva oportunidad que me dio la vida, es algo que no podré olvidar, y sobre todo, me da tristeza ver todo lo que sucedió”, externó el sinaloense avecindado en Monterrey, padre de dos niños, Frida, de siete años, y Luis, de ocho.
Al continuar con su relato, rememoró que tras caminar tres días y conseguir un helicóptero, el otrora director comercial en una empresa regiomontana se trasladó hacia Katmandú, la capital nepalí, donde sólo un día hizo labores de rescate.
“Dije, aquí lo que se necesita más es ayuda, más que manos, me hice un recorrido por toda la ciudad, para ver las zonas donde no estaba llegando ayuda; yo le hablé a mi patrocinador, Jorge Vergara, para gestionar recursos de apoyo a la gente”, prosiguió.
Orlando Castro añadió que en la búsqueda de apoyo en Monterrey se promocionó una página para donativos y se captaron 2.5 millones de pesos, los cuales se enviaron a través del portal, que se dividió entre Unicef y la Cruz Roja, para ayuda en Nepal.
“Lo demás fue de mis recursos, estuve comprando muchas despensas para la gente a los lugares donde no estaba llegando la ayuda del gobierno o de todas las empresas, que eran los alrededores de Katmandú”, mencionó.
Por lo anterior, expresó que esta es una experiencia que le ha marcado la vida, “cambió el chip, cambia el concepto de todo, me di cuenta de algo, que aquí es donde debe entrar la calidad humana de las personas, el deber moral para ayudar al prójimo”.
Porque “aquí es donde más nos necesita, donde más debe estar unida la sociedad y nosotros para ayudar a Nepal”, reiteró Castro Castro.
El alpinista opinó que lo ideal es siempre estar unidos para ayudar a las demás personas, ahora sí nos necesitan, “tristemente tembló nuevamente, 7.4, van cerca de 200 muertos, más de mil heridos, la situación está difícil y yo lo que le pido, sobre todo al gobierno, seguir ayudando a Nepal”.
Consternado aún por la tragedia, Orlando Castro expresó que “en abril fallecieron cerca de ocho mil, ya el número se rebasó. Los cuerpos son quemados porque no hay dinero para enterrarlos, para que te den las cenizas, no hay recursos y ahí se quedan”, por lo que insistió en que prosiga la ayuda humanitaria.