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MÉXICO, DF., 3 de junio de 2014.- Los nudillos de Gonzalo González palidecen al momento de apretar las muletas que desde hace tres años tiene que utilizar debido a un ataque a machetazos que sufrió en Chiapas, a manos de un grupo de Maras y que además lo condenaron a una silla de ruedas.
Gonzalo es guatemalteco y forma parte del grupo de migrantes centroamericanos que junto al padre Solalinde llegó a la ciudad de México en repudio a la inseguridad y la violencia y para protestar por las políticas de migración que impiden el libre tránsito de quienes provienen de países de Centroamérica.
Tocado con una gorra de beisbolista, Gonzalo relata que fue secuestrado por un grupo de Maras. Sin soltar las muletas, gesticulando, recuerda: “Recibí 26 machetazos en mi cuerpo…, estoy vivo de milagro. Me fracturaron la pierna derecha y me cortaron el Talón de Aquiles de la otra pierna. Estoy aquí para pedir que las autoridades (el embajador) de mi país intercedan por mis connacionales”.
También presente en la marcha, la monja Leticia Gutiérrez, directora de Hermanas Misioneras Scalabrinianas para Migrantes y Refugiados mencionó que el pasado 31 de mayo, en Tamaulipas un grupo de hombres y mujeres migrantes desapareció y a pesar de que se les ha tratado de localizarlo y saber de ellos, no ha habido información alguna.
El padre Alejandro Solalinde solicitó al Estado Mexicano, específicamente al Ejecutivo y a Gobernación les dé certidumbre en el diálogo. Porque denunció que «hasta el momento no tenemos interlocutor. De Gobernación nadie quiere platicar con nosotros», dijo y agregó:
“Ésta es una caravana estratégica que busca diálogos y no nos vamos a ir de aquí hasta lograr avances en la corresponsabilidad de los actores de la región».