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MÉXICO, DF, 27 de diciembre de 2014.- Con el uso de técnicas innovadoras para el diseño de mezclas asfálticas, así como de materiales no convencionales, un equipo de especialistas del Laboratorio de Vías Terrestres del Instituto de Ingeniería (II) de la UNAM, coordinado por Alexandra Ossa López y Alfredo Hernández Noguera, trabaja para obtener concretos asfálticos de alto desempeño, se informó en un comunicado.
Ossa López explicó que ciertas mezclas elaboradas con cementos asfálticos modificados pueden utilizarse para mejorar la rigidez del concreto asfáltico, aumentar la adherencia y elevar la viscosidad de este material, lo que permite el uso de menores temperaturas de mezclado, colocación y compactación, entre otros.
Este concreto es una combinación de cemento asfáltico y agregado pétreo, que es mezclado, colocado y compactado bajo condiciones de temperatura controladas, que al endurecer toma una consistencia sólida. Es empleado comúnmente para la construcción de carpetas y bases en estructuras de pavimento de carreteras y pistas de aeropuertos, y en elementos impermeables de presas, explicó Ossa López.
El término “concreto asfáltico” no debe confundirse con “mezcla asfáltica” en estado suelto o compacto. En este último caso, el material aún no ha experimentado el proceso de endurecimiento, por lo tanto, su consistencia es blanda o semisólida.
Para diseñar el pavimento de cualquier tipo de carretera o vialidad se deben tener en cuenta aspectos como: tránsito, tipo de suelo sobre el cual se apoyará la estructura, clima, condiciones de drenaje, vida útil del proyecto, disponibilidad y características de los materiales.
En el Laboratorio de Vías Terrestres, que cuenta con una infraestructura técnica única en Latinoamérica, se estudia el comportamiento de estructuras de pavimento rígido y flexible para carreteras a escala real mediante la aplicación acelerada del nivel de tránsito que tendría durante la vida útil de diseño.
Recientemente, el grupo de investigadores aborda el uso de residuos de construcción y demolición en carpetas. Con ese planteamiento se buscan alternativas para reciclar materiales y mitigar el impacto ambiental que supone la disposición de este tipo de residuos.
Respecto al futuro de las líneas de investigación del Laboratorio, Ossa López advirtió que a medida que avance la química en el estudio de polímeros, se podrán modificar aún más los asfaltos. “Podremos diseñar y construir concretos conforme a las necesidades específicas de cada proyecto, zonas y ciudades. Habrá mucho que indagar, desde cómo funcionan en el corto y largo plazos, hasta determinar qué agentes intervienen en su deterioro, además del tránsito y el medio ambiente”.
En cuanto al diseño de metodologías para la creación de pavimentos, la investigadora informó que el II cuenta con una propia –llamada Dispav (Diseño estructural de pavimentos asfálticos)– a la que recurren los técnicos del país para lograr algunos que sean flexibles. “Sin embargo, estamos conscientes de que hay que renovarla. Con ella se han proyectado las carreteras del país con buenos resultados estructurales, pero hace falta mejorarla”.
Finalmente, Ossa López consideró que en la investigación de mezclas y concretos asfálticos, además de estudiarse aspectos relacionados con el diseño y caracterización, deben analizarse a fondo tópicos relacionados con su deterioro y prestar atención al seguimiento del comportamiento de los mismos durante su operación, para que puedan plantearse alternativas de intervención a fin de prolongar su vida útil.