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MÉXICO, DF, 26 de enero de 2015.- La ciudad de México fue testigo por más de 10 horas de las manifestaciones que a lo largo y ancho de la misma realizaron padres, amigos y diversas organizaciones civiles en exigencia de la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, hace cuatro meses.
Los reclamos y la poca paciencia de automovilistas, peatones y locatarios capitalinos fueron evidentes.
Poco antes de las diez de la mañana, la concentración de manifestantes se dio en los cuatro ingresos al Distrito Federal: Taxqueña (sur), Zaragoza (oriente), Indios Verdes (norte) y Auditorio (poniente), para posteriormente avanzar en comitivas hacia el Primer Cuadro de la ciudad.
Todas las concentraciones tuvieron pausas durante su recorrido pausas que hicieron que su llegada al Zócalo capitalino fuera más lento y acudir al mitin de las seis de la tarde.
La pasividad de los protestantes provocó que varios conductores pitaran y gritaran consignas, mientras que usuarios del Metro también arremetieron e incluso algunos los enfrentaron por provocar que el servicio fuera retrasado.
“Ya pónganse a trabajar, bola de huevones, nada más vienen a la ciudad a provocar problemas, ya déjenos en paz y hagan sus marchas allá de donde son”, fue el reclamo de un hombre de 50 años en la estación Xola, que generó la molestia de los marchistas y que por nada estuvo a punto de ser agredido.
Los trabajadores y el gerente de una gasolinera en la calzada de Tlalpan fueron el primer blanco de golpes de los manifestantes, quienes se molestaron ante la negativa de estos personajes por no dejarlos reunir en este punto.
Agresivos, los de la CETEG, con palos, golpearon a los despachadores de gasolina y los arrinconaron en una oficina. Sólo se reportó un vidrio rotoy algunas pedradas.
Después de este evento, algunos encapuchados evitaron el paso de policías por calzada de Tlalpan, lo que generó un ligero conato de bronca.
Pasadas las 17:15 horas fusionaron las manifestaciones de Taxqueña y Zaragoza en la avenida Izazaga para caminar juntos hacia la plaza de la Constitución.
Los protestantes que salieron de la zona oriente acumularon casi 8 mil personas y se sumaron a los 7 mil que llegaron del lado sur.
Según datos del Gobierno Del Distrito Federal (GDF) se concentraron 15 mil manifestantes, aunque cifras extraoficiales manejaron poco más de 22 mil.
Mientras que la Secretaría de Seguridad Pública del DF (SSPDF) reportó saldo blanco en casi 10 horas.
122 días después siguen buscando a Cristian
Al cumplirse 122 días de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa sin que los familiares de las víctimas acepten las versiones oficiales de que los jóvenes ya están muertos, Melitón Ortega, representante de los padres de los estudiantes, exigió que se abran nuevas líneas de investigación en el caso.
El contingente concentrado este lunes 26 en las inmediaciones del Auditorio Nacional llegó desde temprana hora.
A las 10:00 horas, cerca de 500 personas se preparaban previo a marchar por la Avenida Paseo de la Reforma en dirección al Zócalo de la ciudad de México, donde con un mitin final les harían recordar al Gobierno federal que al caso de Ayotzinapa aún no se le da “carpetazo”.
Poco antes de las 11:00 horas, ya eran miles los manifestantes encabezados por nueve padres de familia de los estudiantes desaparecidos que tomaron una de las avenidas más importantes y emblemáticas de la capital en el marco de la octava jornada nacional por Ayotzinapa, junto con activistas, estudiantes de la misma Normal ‘Raúl Isidro Burgos’, maestros integrantes de la CETEG y la CNTE, y demás organizaciones de la sociedad civil.
Los maestros de la Sección 18 de diferentes regiones del estado de Michoacán, hacían sentir su presencia formando largas columnas en las que mujeres iban en medio y hombres a las orillas en gran cadena humana.
Los educadores se desplazaron desde la entidad purépecha para sumarse al movimiento, pero también para manifestarse en defensa de la educación en el país y en rechazo de las reformas estructurales del Gobierno federal.
La activista defensora de los derechos humanos, Julia Klug, se sumó, enfundada en un uniforme militar representativo de la Sedena. “Estoy aquí representando al Ejército asesino, cargando a sus muertos”, declaró cargando cráneos humanos, al ser entrevistada por Quadratín México.
“Ellos son los que han llevado las ejecuciones más criminales que se tienen en el país”, acusó al referirse a los casos de Aguas Blancas, en el estado de Guerrero, y Tlatlaya, en el Estado de México.
Más de siete horas tardó la manifestación para sumarse a otros contingentes de otros puntos de la ciudad. En su trayecto desde el Coloso de Reforma, se hicieron mítines en la Estela de Luz, con misa incluida, oficiada por el padre Solalinde. Un mitin más, antes del arribo a la fuente de la Diana Cazadora, en el Ángel de la Independencia, PGR, Senado de la República y un penúltimo en el Hemiciclo a Juárez.
Al tomar la palabra, los padres de las víctimas recordaban al Estado mexicano que siguen buscando a sus hijos, aunque se les haya dicho y posteriormente desmentido que fueron encontrados en fosas clandestinas o la hipótesis que fueron quemados.
Clemente Rodríguez sollozó al recordar aquél 24 de septiembre del año pasado, cuando fue a dejar a su hijo Cristian Alonso Rodríguez Telumbre a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Jamás imaginó lo que sucedería la noche del 26.
Cuatro meses después jamás ha vuelto a ver a Cristian Alonso, quien siempre le recordó que estudiaría para que sus padres no trabajaran más.
Desde aquél día que desapareció no lo ha dejado solo, no desiste en su lucha por volverle a ver con vida.
Así seguirá hasta encontrarlo, aunque tal vez su hijo ya no esté en este mundo.