Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Con la misma, siempre
No ha dejado de llorar el cielo sobre México. Acaso por la ligereza con que el joven de Los Pinos se desplaza, en acción y dicción, en su periplo, dentro y fuera del país. Ante ello, lejos de unirnos al llanto, incurramos también en frivolidad. Con el debido respeto, como si estuviéramos frente a las cámaras, les contamos:
Una pareja se encuentra en el campo, en una exposición de agricultura y ganadería. Observa la subasta de un toro semental.
El hombre a cargo del remate anuncia el primer astado a ser vendido: “Un espécimen de primer nivel, que el año pasado procreó 60 veces.”
La mujer codea a su marido y le dice: “Viste, eso equivale a 5 veces al mes.”
Ahora llegó el turno del segundo toro: “Otro espécimen de primera categoría que el año pasado llegó a aparearse 120 veces al año.”
Una vez más, la mujer codea a su marido y le dice: “Viste, eso equivale a algo como 10 veces al mes, ¿Qué dices sobre eso?” Su esposo comienza a molestarse por estos comentarios.
Finalmente llega el turno del tercer mamífero:
“Y este extraordinario espécimen llegó a aparearse 360 veces el año pasado.”
La mujer vuelve a codear a su marido y le dice:
“Eso es todos los días del año ¿y tú?”
A esta altura, su marido, ya bastante enojado, le responde: “Si, claro. Pero… ¿porqué no le preguntas al anunciador si todas las veces fueron con la misma vaca?”
Allá, en donde todos saben, acomodaría su respuesta. De acuerdo a sus asesores.