Escenario político
La sensibilidad presidencial
Sin más, retiraron su comercial “Ya chole con eso de las reformas” y “Ya chole con tus quejas”. Duró un día, o menos. A tiempo se arrepintieron de retar a un pueblo, este sí, harto de tanto fracaso de un joven del que tanto esperábamos. Ni modo.
No obstante, y es en serio, México tiene plena confianza en nuestra juventud que estudia, se esfuerza, trabaja y sufre por obtener cultura, para salvarnos. Lo hace, casi sin ayuda oficial. Debe reemplazarnos. Ojalá y lo entiendan. Todos.
Al que dentro de tres años, o antes, se va de palacio, y a los millones que aspiran servir algún día al pueblo, algunas consideraciones que aprendimos de nuestros mayores. Eso sin guardar rencor a la “sensibilidad presidencial”.
Sé humilde para admitir tus derrotas. Firme en aceptar tus errores. Inteligente para aprender de ellos y maduro para corregirlos, este sencillo consejo permite concluir que el corazón no envejece. El cuero es lo que se arruga. Te invito a compartir algunas interpretaciones filosóficas que hemos extraído a través del tiempo. Y, claro, dan resultados. Nos consta.
Sentirse culpable por el pasado y ansioso por el futuro es revivir el dolor y acrecentar el estrés. Cargará tu mente con incertidumbre, preocupación, arrepentimiento, y pesadumbre por lo que pasó o puede llegar a pasar. Además, vivir en el pasado o en el futuro puede impedirte experimentar y apreciar las maravillas del presente.
Dejar de pensar en el pasado o de sentirse ansioso por el futuro es algo casi imposible de lograr. Sin embargo, este cambio apunta a controlar esos momentos en que nos sentimos invadidos por la ansiedad, la incertidumbre, o la melancolía.
Focaliza toda tu energía en el presente y disfruta de las pequeñas cosas de la vida.
Recuerda que vivir el presente permite aprender de los errores del pasado, y utiliza esa experiencia para mejorar tus decisiones en el futuro. Es importante señalar que vivir el presente no significa dejar de planificar un futuro cercano.
“Actitud positiva y esperanza. El optimismo y una actitud de confianza nos ayudan a ser más felices, incluso en momentos de dificultades”. Como en el que transitamos hoy.
El camino a la felicidad es más difícil cuando nos dejamos influir por pensamientos y energía negativa. Si te concentras en ellos, la vida terminaría con tu energía positiva y en el olvido de las cosas buenas que nos rodean.
Cambia este hábito. Reemplaza pensamientos negativos por positivos. Toma un momento para reflexionar y analiza cuáles son los aspectos a cambiar en tu vida. Por ejemplo que tu círculo social esté compuesto por personas positivas y entusiasmo. En lugar de críticas y problemas. Como hasta ahora.
Si tienes que pasar un tiempo solo, puedes intentar escuchar música inspiradora o leer un libro. Ambos fortalecer el espíritu y combaten lo negativo.
No olvidamos que al erradicar los pensamientos negativos permiten fortalecer la mente, corazón. Y superar cualquier problema. Estar en armonía con tu entorno y contigo mismo. Y acabar con la maldita depresión.
Un penúltimo consejo de su amigo: Llora, si te hace feliz. Pero, como nosotros, no lo divulgues.