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Libros de ayer y hoy
La luciérnaga.
A Teodoro Rentería Arróyave y Silvia, bella inspiración que lo ama desde siempre, les platicamos esta fábula, como humilde homenaje a sus 78 primeros años.
En una ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido de la feroz predadora y ésta al mismo tiempo no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y no cejaba… Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar, le contestó.
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?, preguntó la luciérnaga.
-No, respondió el reptil.
-¿Yo te hice algún mal?, inquirió la luciérnaga.
-No, repitió el rastrero.
-Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar.
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en tales situaciones. ¿Por qué me pasa esto? Si no he hecho nada malo, ni hago daño a nadie. Y si mucho bien, a muchos.
Sencillamente porque no soportan verte brillar
Recomendamos: seguir como eres, no cambiar y dar lo mejor de ti. No dejar que te lastimen, no permitir que te hieran y sigue tu camino, para esa luz siga intacta.
Tu esencia permanecerá, pase lo que pase. Sé siempre igual, aunque esa luz moleste a los predadores, que tiran la piedra y esconden la mano.
Fraternalmente a nuestros amigos.