Escenario político
Que Dios se lo pague
Hartos de fugas, “maestros” también en fuga. Desplome del peso. Enojos familiares y muchos más etcéteras, cambiamos, por hoy, el tema de nuestros comentarios. Algo de buen humor, creemos.
Un transeúnte que se sintió mal en la calle, cayó al suelo. Fue llevado a emergencias del hospital de la Universidad Católica, administrado totalmente por monjas. Allí, de inmediato fue operado del corazón. La cirugía se realizó con éxito total.
Cuando el paciente despertó, a su lado estaba la monja responsable de la tesorería del sanatorio, quien expresó con gentileza:
– Estimado señor, su cirugía fue realizada con éxito y está usted a salvo. Sin embargo, hay un asunto que necesita su urgente atención: ¿Cómo piensa pagar la cuenta de hospital?
– Y el importante diálogo tuvo inicio…
– ¿Tiene usted seguro-médico?- No, hermana
– ¿Tiene tarjeta de crédito
– No, hermana.
– ¿Puede usted pagar en efectivo?
– No tengo dinero, hermana.
La monja empezó a sudar frío, pero prosiguió:
– ¿Y con cheque, entonces, puede usted pagar?
– Tampoco, hermana.
Entonces la religiosa, ya desesperada preguntó: Bueno, ¿usted tiene algún pariente que pueda hacerse cargo de la cuenta?
– Sólo tengo una hermana solterona, que es monja, pero no sé si ella pueda pagar.
La monja, corrigiéndolo, dijo:
– ¡Disculpe señor, pero las monjas no somos solteronas! ¡Estamos casadas con Dios!
– ¡Ah! ¡Magnífico! ¡Entonces, por favor, mándele la cuenta a mi cuñado!
Así fue como nació la expresión: “Que Dios se lo pague”.