El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Siempre mediocres
Con esta información debemos reconocer que los grandes proyectos siempre se han enfrentado a las mentes violentas de los seres mediocres. Somos, según datos del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval), la más eficiente fábrica de pobres: de 2012 a 2015 creció la pobreza de 53 a 55 millones de personas. Once millones, más, en la miseria extrema. Obvio, nos informan, que la mitad de nuestra población carece de acceso a salud, vivienda, educación, alimentación y seguridad social, obligación del Estado. Pero admiten que vamos “muy” bien. Hacemos, con sombrero ajeno, visitas a otros estados sin profundizar lo que, en bien de sus ciudadanos, hacen sus mandatarios.
En Francia, por ejemplo, se puso de manifiesto, en la visita de los cuatrocientos mexicanos que acompañaron al joven mandatario mexicano a celebrar su fiesta nacional del 14 de julio, cómo el presidente Hollande gobierna a su país. Muchos seguramente, no lo entendieron o desatendieron.
La denominan nueva Revolución Francesa y lo ha hecho Hollande, nuevo presidente de Francia, con tan sólo meses en el cargo (no palabras, sino hechos bien concretos):
-Suprimió el 100 por ciento de los coches oficiales y los subastó. Lo recaudado se destinó al Fondo de Bienestar y distribuido a las regiones con el mayor número de centros urbanos con suburbios ruinosos.
-Ordenó enviar un documento (doce líneas) a todos los organismos estatales dependientes de la administración central en el cual les comunicaba la supresión de los «vehículos de empresa». Desafió de manera provocativa a los altos funcionarios, con frases como «si un ejecutivo que gana 650 mil euros al año (equivalentes a 11.7 millones de pesos), no puede permitirse el lujo de comprar un buen coche con sus ingresos del trabajo, quiere decir que es demasiado ambicioso, que es estúpido, o que es deshonesto, 345 millones de euros destinados a crear 175 institutos de investigación científica avanzada de alta tecnología, con la contratación de dos mil 560 jóvenes científicos desempleados «para aumentar la competitividad y la productividad de la nación».
-Abolió el concepto de paraíso fiscal (definido «socialmente inmoral») y promulgó un decreto presidencial que establece un porcentaje del 75 por ciento de aumento en la tributación para todas las familias que, netos, ganan más de 5 millones de euros al año.
Con ese dinero (mantiene así el pacto fiscal sin que ello afecte un euro al presupuesto), contrató a 59 mil 870 licenciados desempleados, de los cuales seis mil 900 desde el primero de julio de 2012, y luego otros 12 mil 500 el primero de septiembre, ingresaron como profesores en la educación pública.
-Privó a la Iglesia de subsidios estatales por valor de 2,3 millones de euros que financiaban exclusivos colegios privados. Con tal cantidad puso en marcha un plan para la construcción de cuatro mil 500 jardines de infancia y tres mil 700 escuelas primarias. Inició un plan de recuperación de la inversión en la infraestructura nacional.
-Estableció el «bono-cultura» presidencial, un mecanismo que permite a cualquiera pagar cero impuestos si se constituye como cooperativa. Abre una librería independiente que contrata al menos dos licenciados de la lista de desempleados. Logra ahorrar dinero del gasto público y realizar una contribución mínima al empleo y al relanzamiento de nuevas posiciones sociales.
-Terminó todos los subsidios gubernamentales a las revistas, fundaciones y editoriales, sustituyéndolos por comités de «emprendedores estatales» que financian acciones culturales sobre la base de la presentación de planes de negocio relacionados con estrategias de mercado avanzadas.
-Puso en marcha un procedimiento muy complejo en el que ofrece a los bancos una elección: quien proporcione préstamos blandos a empresas francesas que produzcan bienes recibe beneficios fiscales. En cambio quien ofrece instrumentos financieros paga una tarifa adicional.
-Redujo un 25 por ciento el sueldo a todos los funcionarios del gobierno; en 32 por ciento el de todos los diputados. En 40 por ciento el de todos los funcionarios estatales de alto nivel que ganan más de 800 mil euros por año.
Con esa cantidad (alrededor de 4 mil millones de euros) estableció un fondo que ofrece garantías de bienestar a las «madres solteras», en condiciones financieras difíciles, y garantiza un salario mensual por un período de cinco años, hasta que el niño vaya a la escuela primaria, y tres años si el niño es mayor.
Todo ello sin modificar el equilibrio del presupuesto. Y, como resultado, la inflación no ha aumentado. Pero la competitividad y la productividad nacional se incrementaron en junio por primera vez en los últimos tres años.
Hollande no es un genio de la economía, pero sí un político con moral y coraje.
Cuánta falta nos hace gente así.