El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Como en Ayotzinapa
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDE, acusa al gobierno mexicano, entre otras gracias, “de la frecuencia con que la autoridad recurre a la tortura de presuntos delincuentes y a la fabricación de culpables”.
Te platico, en consecuencia, sobre el ladrón que improvisó la autoridad. Sin escrúpulos. Un ejemplo como dice CIDE:
Tras un robo en una joyería de la capital. Llega la policía y encuentra las ventanas rotas y a un viejito mendigo cerca de la puerta. Los policías dicen:
-¡Este es el ladrón! Llevémoslo a la pileta del parque para que confiese.
Lo llevan y lo meten de cabeza dentro del estanque; lo sacan y le preguntan:
-¿Dónde están las joyas?
El viejito no contesta nada. Entonces lo vuelven a meter durante más tiempo. Lo sacan de nuevo: y le preguntan:
-¿Dónde están las joyas? Lo meten la tercera vez, durante dos minutos. Entonces el viejito levanta una mano, Alegre un policía dice:
-¡Ya va a hablar!
Lo sacan y le preguntan:
-A ver, ¿Dónde están las joyas? ¿Qué tiene que decir? A lo que el viejito les pide:
-Mejor llamen a un buzo, porque yo no veo nada en el fondo…
Y todavía nuestras autoridades, gobernación, la procuraduría, lo niegan.