Escenario político
La ignorancia
Con fotos, de qué año. Carreras y brincos. Caída del peso. Quieren distraer la atención. Con vanidad y soberbia, se olvidan del poder de la amabilidad que es capaz de arrasar con los malos resentimientos. No la conocen. Lo vemos y notamos cotidianamente con la juventud que permea en la política. Desde el número uno, en minúsculas, hasta el menos favorecido por el gobierno. O en los partidos políticos.
Pero también, aun cuando lo nieguen, viven del esfuerzo económico del pueblo, que les paga su sustento. Transitan en la ignorancia y presumen de la sapiencia.
Vemos hoy que en todos los grupos políticos sus jefes, hasta el momento, se convulsionan para obtener el mejor lugar. No para favorecer a la ciudadanía, sino a ellos mismos. Ni a sus correligionarios.
Hoy tenemos ejemplos.
El tricolor, escogió a uno, ni muy joven, ni tan viejo. Pero conocedor de lo que falta al país, Y sabrá enderezar, lo pedimos, lo que su “jefe”, no ha podido.
En el azul al menor de edad que no se cansa, como el otro, de ofrecer, ofrecer y ofrecer. Pero no entiende que ya nadie cree. Pero si se ríen de sus ocurrencias. Igual le sucede a los “amarillos”.
Leamos mejor una anécdota:
Un joven universitario viajaba en el mismo asiento del transporte con un venerable varón que rezaba su rosario. Se atrevió a decirle:
– ¿Por qué en vez de rezar el rosario no se dedica a aprender e instruirse un poco más? Yo le puedo enviar algún libro para que se instruya.
El hombre de avanzada edad le respondió:
– Le agradecería que me enviara el libro a esta dirección, y le entregó su tarjeta. Tenía inscrito: Luis Pasteur, Instituto de Ciencias de París.
El estudiante quedó avergonzado.
Había pretendido darle consejos al más famoso sabio de su tiempo, el inventor de las vacunas, estimado en todo el mundo y devoto del rosario.
Así nos pasa a muchos.
Que Dios los y nos bendiga