Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
A los que cobran
Ahora que según nos platican los señores que manejan las finanzas de México, Hacienda, estamos “más que bien”, reconozcamos como sabio el consejo del escritor, periodista, filólogo y gran amigo, ya extinto, don Luis Vega Monroy. –en su ciudad, Querétaro, una calle lleva su nombre— que ofreció en 1950. Pero hoy, seguramente el otro don Luis pueda y quiera, ponerlo también en práctica.
Lo recojo del libro que acaba de publicar don Mario Andrés Campa Landeros. Verdaderos maestros, del periodismo (página 103) y dice textual:
Fue a conocido lugar
Un fiscal de mucha cuenta
A fin de calificar
Lo que se debía de pagar
De impuestos sobre la renta.
Y le dijo una beldad:
Allí en sus datos concentre
Que al fisco por equidad
Le daremos la mitad
De todo lo que nos entre.
También en otro libro encontramos que las siguientes y hermosas palabras son la forma más acertada de expresar un sentimiento tan abstracto y profundo como es la amistad. Como el anterior con un gobierno corrupto. Ineficiente, altanero y dilapidador.
El siguiente, sentido y emotivo poema está dedicado a todas aquellas personas que, a pesar del tiempo, la distancia y muchas otras circunstancias, siguen acompañándonos con paso firme en el sinuoso camino de la vida. Que nadie dude, ni los mismos sujetos arrogantes en que han sumido a México.
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuesta para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
Tus alegrías. Tus triunfos y tus éxitos no son míos pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomes en la vida. Me limito a apoyarte a estimularte y ayudarte si me lo pides.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo amarte cómo eres y ser tu amigo.
No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final.
Aprovechar las oportunidades, escuchar al corazón. Acreditar la vida
Basta que me quieras como amigo. Gracias por serlo.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista.
Luego les platico más de Don Luis. No tienen desperdicio. Así de simple.