Descomplicado
Amor filial
El dinero no es la vida. Es tan solo vanidad. Veamos este nítido ejemplo de amor filial:
Tres hijos dejaron su hogar, se independizaron y prosperaron.
Cuando se juntaron nuevamente, hablaron de los regalos que habían podido hacerle a su madre.
– Yo construí la casa enorme para nuestra madre, donde vive, dijo uno.
El segundo:
–Yo le obsequié un coche Mercedes, con chofer.
–Les gané a los dos, dijo el tercero:
–Ustedes saben cuánto disfruta mamá de leer la Biblia, y saben que no puede ver muy bien. Le mandé un gran loro que puede recitar la Biblia en su totalidad. Les llevó años a 12 Franciscanos enseñársela. Contribuí con un millón de euros, pero valió la pena. Mamá sólo tiene que nombrar el capítulo y el loro lo recita.
Pronto, la mamá envió sus cartas de agradecimiento.
Escribió a su primer hijo:
“Andrés, la casa que me construiste es muy grande. Yo vivo en un solo cuarto pero tengo que limpiarla toda.
Al segundo:
“Miguel, estoy demasiado vieja como para viajar. Me quedo en casa todo el tiempo, así es que nunca uso el Mercedes.
Y a su tercer hijo:
“Mi queridísimo Luis, fuiste el único hijo que tuvo el sentido común de saber lo que le gusta a tu madre…
“¡El pollo estaba delicioso!”.